¿Qué papel juega la pupila en el globo ocular?
La pupila también tiene esta función, pero su adaptación a la intensidad de la luz es automática.
Hay dos músculos diminutos en el iris, uno se llama esfínter pupilar, que rodea la pupila y mide menos de 1 mm de ancho. Es responsable de la constricción de la pupila y está inervado por el nervio parasimpático en el nervio oculomotor. El otro se llama músculo midriático, que está dispuesto radialmente en el iris, es responsable de la dilatación de la pupila y está controlado por los nervios simpáticos. Estos dos músculos se coordinan entre sí, se restringen y se contraen uno por uno para adaptarse a diversos entornos. Mediante el ajuste de la pupila, siempre se permite que entre una cantidad adecuada de luz al ojo, de modo que la imagen del objeto que cae sobre la retina sea clara y la luz excesiva no queme la retina. El tamaño de la pupila no sólo cambia con la intensidad de la luz, sino que también está relacionado con factores como la edad, la refracción y el estado fisiológico. En general, las personas mayores tienen pupilas más pequeñas, mientras que los niños y adultos las tienen más grandes, especialmente durante la adolescencia. Las personas con miopía tienen pupilas más grandes que las personas con hipermetropía. Tus pupilas se abren más cuando estás nervioso y excitado, y se estrechan cuando respiras profundamente, haces trabajo mental y duermes. Además, cuando hay determinadas enfermedades o se utilizan fármacos, las pupilas se dilatan o encogen, como por ejemplo hematoma intracraneal, traumatismo craneoencefálico, encefalitis, intoxicación por gases, glaucoma, etc. , o cuando se usa atropina, fenilefrina, epinefrina y otras drogas, las pupilas pueden dilatarse, hemorragia pontina, tumores, intoxicación por organofosforados, iridociclitis, etc. , o cuando se utilizan drogas como pilocarpina, morfina, etc., las pupilas pueden encogerse.
Además de oscurecerse, la pupila también es un canal para el humor acuoso. Una vez bloqueado, dificultará el drenaje del humor acuoso en el ojo, provocando un aumento de la presión intraocular y un glaucoma secundario.
Por tanto, la dilatación o constricción de la pupila es clínicamente importante.