La voz de la ciencia: La muerte de Lavoisier
Este fue un gran químico, pero el 8 de mayo de 1794 fue realmente un día desgarrador para todos los demás amantes de la ciencia. Ese día la Revolución Francesa estaba en pleno apogeo. El pueblo de París tomó la Bastilla y abolió la monarquía, pero cuando comenzaron la revolución, ¡no deberían cortar las cabezas de los grandes hombres!
Lavoisier fue un gran científico, pero al mismo tiempo fue decapitado por ser funcionario de Hacienda. La muerte de Lavoisier fue un gran error. Su contribución nos sacó de la ignorancia a la civilización y no debería convertirse en víctima de la revolución. Es una pena que Lavoisier haya muerto. Como dijo el científico llamado Lagrange, ¡solo se necesita un momento para cortar una cabeza así, pero se necesitarán 100 años para que le crezca otra cabeza así! ¡La muerte de Lavoisier no fue sólo una pérdida para Francia, sino también una pérdida para el mundo entero!
¡El experimento más comentado de Lavoisier se originó a partir de un intento loco que hizo durante su vida! Algunas personas que se habían sentido ofendidas por Lavoisier lo encarcelaron con algún propósito ulterior. El 7 de mayo de 1794, el tribunal celebró un juicio público contra Lavoisier, considerándolo culpable de fraude fiscal y venta de tabaco falsificado, lo que había causado una influencia muy mala en la sociedad y debía ser guillotinado. A la mayoría fanática no le importa en absoluto la cordura de la minoría, y algunos incluso gritan descaradamente que "el sexo y China no necesitan científicos".
Antes de su muerte, Lavoisier llegó a un acuerdo con sus asistentes para realizar un último experimento: si permanecería consciente durante un corto periodo de tiempo después de que le cortaran la cabeza.
No debemos olvidar la identidad de Lavoisier como biólogo. Estaba interesado en los orígenes de la conciencia humana y quería saber si la conciencia abandonaba inmediatamente después de que la cabeza abandonaba el cuerpo.
Los asistentes de Lavoisier encontraron a los verdugos, con la esperanza de que pudieran ayudar a completar el último experimento de Lavoisier en su vida. El verdugo pareció conmovido por el espíritu intrépido de Lavoisier al dedicarse a la ciencia y accedió a esta petición.
Se dice que Lavoisier estaba parpadeando cuando el verdugo le cortó la cabeza.
El verdugo registró cuidadosamente el número de veces que Lavoisier parpadeó: 11, lo que también demostró que las personas aún estarían conscientes después de ser decapitadas.
Este es el último regalo preciado que dejó el gran científico Lavoisier.
Lavoisier ha fallecido y tenemos algunas reservas sobre la declaración del verdugo, ¡pero el intrépido espíritu de exploración y curiosidad de este gran científico siempre debería recordárnoslo!