¿Son los nódulos tiroideos un precursor del cáncer de tiroides?
Los nódulos tiroideos no son necesariamente cáncer. Los nódulos tiroideos son una enfermedad clínica muy común y se desconoce su etiología exacta. En términos generales, las imágenes Doppler color de tiroides se utilizan principalmente en el ámbito clínico. Se divide en grados 1 a 6 según si la relación de aspecto excede 1, si el límite es claro, si la señal del flujo sanguíneo es rica y si va acompañada de calcificación. En términos generales, sólo en los niveles 4 y superiores existe la posibilidad de transformación maligna por encima del 5. En otras palabras, hay más de 5 posibilidades de padecer cáncer de tiroides de grado 4 y superiores. Generalmente, la probabilidad de transformación maligna de los nódulos tiroideos de grado 4a es alrededor de 5, la de grado 4b es de alrededor de 5-50 y la de grado 4c es superior a 50-94. Por lo tanto, la gran mayoría de los pacientes con nódulos tiroideos son de grado 3, por lo que la gran mayoría de los pacientes con nódulos tiroideos son nódulos benignos, y sólo un puñado de pacientes con grado 4 o superior pueden tener cáncer de tiroides.
El cáncer de tiroides en etapa temprana puede no presentar síntomas. Sin embargo, los tumores de tiroides se pueden encontrar mediante exámenes físicos ocasionales y ecografías del cuello de los pacientes. Algunos cánceres de tiroides pueden aparecer como bultos duros en la parte frontal, media e inferior del cuello o como crecimiento de ganglios linfáticos en el cuello. Estos tumores pueden parecer de textura dura, crecer lenta o repentinamente y es posible que los ganglios linfáticos no retrocedan durante un largo período de tiempo. Sólo mediante ecografía B se puede descubrir que se trata de cáncer de tiroides. Además, algunos cánceres de tiroides pueden crecer cerca de los nervios, la tráquea o el esófago, y pueden ser comprimidos por la tráquea, el esófago y los nervios, causando ronquera, sensación de cuerpo extraño al tragar, dificultad para tragar o respirar, dificultad para respirar, sensación de cuerpo extraño en el cuello, etc. Todos los síntomas anteriores deben confirmarse mediante ecografía B del cuello, y algunos incluso requieren punción citológica bajo la guía de ecografía B para confirmar el diagnóstico.