Introducción a los métodos de manejo de lirios en maceta
Una vez que el lirio se haya marchitado, puedes cortar las ramas superiores dejando solo tres centímetros. Aunque parece que no hay movimiento en la parte superior, puede proporcionar una mejor nutrición a los bulbos de abajo. Poco a poco, los bulbos comienzan a crecer y se producirán muchos bulbos pequeños. Tenga cuidado de no podar al mediodía, opte por la mañana y la tarde. Al podar, también conviene cortar las flores residuales, las ramas muertas y los lirios dañados por enfermedades y plagas de insectos para reducir su consumo de nutrientes. Deja que los lirios crezcan mejor el próximo año.
2. Reducir el riego
Los lirios quedarán muy frágiles después de florecer. No riegues los lirios recién podados ya que entrarán en un período de inactividad y su necesidad de agua disminuirá gradualmente. Si continúas regando la maceta, fácilmente puedes hacer que las raíces del lirio se pudran, afecten su crecimiento saludable e incluso provoquen su muerte.
3. Procesamiento de bolas de semillas
Las bolas de semillas restantes se pueden sacar o dejar en la maceta. Si lo sacan, lo mejor es envolverlo en papel y ponerlo en un lugar ventilado. Si se planta en otoño, crecerán nuevos lirios.
Sólo desentierra. Presta atención a colocar toda la maceta en un lugar ventilado y regarla adecuadamente. Luego brotarán en otoño, lo que significa que el proceso de almacenamiento intermedio será más problemático. Asegúrese de no dejar que el recipiente quede expuesto a la lluvia o al exceso de agua, de lo contrario la bola se pudrirá fácilmente.
Algunas de las bolitas que se propagan sobre los bulbos se pueden separar para poder plantar varias macetas con azucenas. Entonces, los lirios no son desechables. No la tires apresuradamente después de la floración, las semillas del interior se pueden sacar y seguir reproduciéndose.
4. Manténgase abrigado en invierno
Después de que florezcan los lirios, la temperatura disminuirá gradualmente de otoño a invierno. La temperatura adecuada para el crecimiento de los lirios es de 16 a 24 grados centígrados y no puede ser inferior a 5 grados centígrados en invierno, de lo contrario afectará su crecimiento. Por lo tanto, es mejor trasladar los lirios al interior en invierno y controlar la temperatura a 10 grados centígrados. Con buenas medidas de aislamiento, los lirios pueden sobrevivir al invierno y volver a florecer el año que viene.