¿Cómo es el injerto óseo para implantes dentales?
En concreto, el injerto óseo se suele realizar tras la extracción de un diente o una cirugía de encías. Antes de la cirugía, el médico realizará un examen bucal y tomará radiografías para evaluar el estado del hueso alveolar del paciente. Si no hay suficiente hueso alveolar, se requiere un injerto óseo.
Durante la operación, el médico aplicará anestesia local en la superficie de la encía, luego realizará una pequeña incisión en la encía e implantará materiales de relleno óseo, como polvo de hueso artificial, en el hueso alveolar. La cantidad de material implantado dependerá de la condición específica del paciente.
Después de la cirugía, los pacientes necesitan cuidados y revisión según las recomendaciones del médico. En términos generales, es necesario esperar varios meses después del injerto óseo para que el polvo de hueso artificial implantado y otros materiales de relleno óseo se combinen con el hueso alveolar antes de poder realizar la implantación dental.
Cabe señalar que el injerto óseo es una operación compleja y requiere de un médico experimentado para realizarla. Al mismo tiempo, se deben mantener buenos hábitos alimentarios y de higiene bucal después de la cirugía para promover la cicatrización de las heridas y reducir las complicaciones.