¿Qué enfermedades puede causar el sangrado debajo de los ojos?
Varios tipos de hemorragia del fondo de ojo pueden desarrollar nuevos vasos sanguíneos en el iris y el ángulo de la cámara durante el desarrollo de la enfermedad, provocando adhesión y cierre del ángulo de la cámara, provocando así un aumento de la presión intraocular y provocando hemorragias neovasculares. Glaucoma de difícil control. El glaucoma neovascular se refiere al glaucoma causado por nuevas membranas fibrovasculares en la superficie del iris y las trabéculas, lo que produce sinequias periféricas del iris anterior y dificulta el drenaje del humor acuoso. Debido a que los vasos sanguíneos nuevos son fáciles de romper y el hipema ocurre repetidamente, también se le llama glaucoma hemorrágico. Esta enfermedad es extremadamente persistente y los medicamentos generales contra el glaucoma y las cirugías de filtración a menudo son ineficaces. Los pacientes presentan congestión ocular, edema corneal, dolor ocular intenso, dolor de cabeza y, a menudo, provocan ceguera. La neovascularización del iris suele ser secundaria a determinadas enfermedades que provocan hipoxia retiniana, como la oclusión de la vena central de la retina, la retinopatía diabética, la oclusión de la arteria central de la retina, la periflebitis retiniana, el melanoma maligno, el retinoblastoma, el desprendimiento de retina y el carcinoma craneoencefálico, etc., especialmente la primera. Dos enfermedades son más comunes. Existen muchas causas de glaucoma neovascular, siendo las más comunes la oclusión de la vena central de la retina y la retinopatía diabética. A medida que se siguen formando nuevos vasos sanguíneos, la presión intraocular suele aumentar aproximadamente 3 meses después de la hemorragia del fondo de ojo, lo que se acompaña de humo intenso, congestión y disminución gradual de la visión. La alta presión de este tipo de glaucoma es muy persistente y difícil de controlar, y los síntomas del paciente no son fáciles de aliviar. A medida que avanza la enfermedad, el tejido ocular y la función visual suelen sufrir daños graves e irreparables. Por lo tanto, cuando los pacientes encuentran oclusión de la vena central de la retina o retinopatía diabética, deben ser tratados con prontitud, especialmente la aplicación temprana de fotocoagulación retiniana, que puede ayudar a prevenir la aparición de glaucoma neovascular.