Manifestaciones clínicas de la osteítis deformante
1. El dolor, la deformidad ósea y las fracturas son las principales manifestaciones de esta enfermedad.
La mayoría de los casos cursan con dolor, y la mitad de los casos cursan con dolor articular. El dolor en las articulaciones es causado por la osteoartritis, que es común en las rodillas, las caderas y la columna. Un pequeño número de pacientes presentan un solo hueso, principalmente en la tibia y el ilion, pero también con múltiples huesos. Los síntomas de este último son más intensos, generalmente dolor sordo o ardiente, evidente por la noche y durante el reposo, y ocasionalmente dolor intenso o irradiado en las extremidades inferiores, la columna y la pelvis que pueden agravarse al soportar peso.
La enfermedad puede afectar cualquier hueso del cuerpo humano. Los huesos más comúnmente afectados son la pelvis, la columna lumbar, el fémur, la columna torácica, el sacro, el cráneo, la tibia y el húmero. Las deformidades en los huesos largos de las extremidades pueden causar curvatura ósea y provocar osteoartritis secundaria. Las deformidades de los huesos faciales no son obvias, pero pueden dificultar la extracción del diente y la instalación de la prótesis. La fatiga del cráneo puede con el tiempo causar sordera y daño a los nervios craneales. La afectación de los huesos de la base del cráneo puede provocar aplanamiento de la base del cráneo, depresión de la base del cráneo, hidrocefalia y suministro insuficiente de sangre de la arteria vertebrobasilar. La afectación de la columna puede causar lesión de la médula espinal, síntomas de compresión de las raíces nerviosas y síndrome de cola de caballo.
Los huesos de la zona enferma se vuelven quebradizos, lo que puede provocar fracturas postraumáticas espontáneas o menores, especialmente los huesos largos de las extremidades, que suelen ser fracturas transversales.
2. La formación de enfermedades vasculares, proliferación excesiva de vasos sanguíneos en huesos y piel, que conduce a un aumento de la temperatura local.
La formación excesiva de vasos sanguíneos en las lesiones del cráneo puede obtener sangre de la arteria carótida externa, engrosando y pandeando la arteria temporal superficial, causando un suministro insuficiente de sangre al cerebro (síndrome de robo vascular), manifestándose como letargo, soledad. y apatía. Asimismo, si se produce síndrome de robo vascular en la arteria vertebral, puede producirse paraplejía y hemiplejía.