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¿Cuáles son las indicaciones de la cirugía del bocio?

El bocio nodular se acompaña de síntomas de compresión: lo más común es que la tráquea se doble, se desplace y se estreche debido a la compresión. Al principio, después de la actividad solo se produce dificultad para respirar y tos. Después de la agravación, también pueden aparecer disnea en reposo, colapso traqueal y degeneración del cartílago. Algunos pacientes pueden experimentar síntomas de compresión del esófago, del nervio laríngeo recurrente, del nervio simpático, de la vena yugular interna o incluso de la entrada torácica. Clínicamente, los pacientes con bocio nodular acompañado de compresión de órganos periféricos, especialmente aquellos con compresión y deformación traqueal, deben someterse a tratamiento quirúrgico inmediato para evitar una intubación traqueal o traqueotomía de emergencia innecesaria. Bocio retroesternal con síntomas compresivos o potencial maligno: El bocio retroesternal se refiere a un bocio con un volumen superior al 50% y ubicado debajo de la entrada torácica. Debido a que el lado izquierdo del hueso retroesternal está bloqueado por el arco aórtico y la arteria carótida común izquierda, el bocio retroesternal derecho es clínicamente más común y el tratamiento quirúrgico es el único método eficaz. Generalmente se divide en tres tipos: el tipo I es bocio retroesternal incompleto y el tipo II es bocio retroesternal completo.

Los bocios de tipo I y II caen al tórax a lo largo del espacio pretraqueal debido a los efectos combinados de su propia gravedad, las actividades de deglución y la presión torácica negativa, y su suministro de sangre aún proviene de las arterias tiroideas superior e inferior. el tipo III es raro y es un bocio vagal intratorácico, y su suministro de sangre está relacionado con los vasos sanguíneos intratorácicos. La práctica clínica muestra que la mayoría de los bocios retroesternales de tipo I y II se pueden extirpar mediante cirugía cervical. Algunos tipos III se pueden resecar mediante esternotomía o abordaje cervicotorácico. Los exámenes preoperatorios, especialmente los exámenes de CT y MRI, pueden mostrar claramente la ubicación de la masa y su relación con los grandes vasos sanguíneos mediastínicos, determinando así la elección del abordaje quirúrgico. La preparación para la esternotomía también debe realizarse antes de la cirugía.