Después de someterse a una cirugía para limpiar los vasos sanguíneos debido a un derrame cerebral, ¿cómo se puede sobrevivir a este período peligroso?
El tiempo para escapar del período peligroso posterior a la craneotomía por hemorragia cerebral varía según la afección específica y no se puede generalizar.
Aunque la tasa de éxito del rescate de la hemorragia cerebral ha mejorado gradualmente en los últimos años, la hemorragia cerebral sigue siendo una enfermedad grave, mortal e incapacitante. El tiempo que tarda la hemorragia cerebral en escapar del período peligroso después de la craneotomía está directamente relacionado con el nivel de conciencia preoperatorio del paciente, la edad, el lugar del sangrado, el volumen del sangrado, el estado general, el tiempo de tratamiento, el método de tratamiento, los cuidados posoperatorios y muchos otros factores. Si la enfermedad es leve y se trata adecuadamente, la mayoría de las personas pueden superar el período peligroso en una semana.
Si la afección es grave, el período peligroso será muy largo y, a veces, se necesitan dos semanas o incluso más para superarlo. Por ejemplo, si se produce una hernia cerebral grave antes de la cirugía, los resultados postoperatorios no son optimistas. Después de dos semanas, el edema cerebral cede y la condición puede mejorar gradualmente. Si el paciente puede reanudar la respiración espontánea, mantener estable la saturación de oxígeno en sangre, recuperar algunos reflejos básicos como la retracción de la pupila y el reflejo luminoso, mejorar gradualmente la conciencia y estabilizar otras complicaciones, el período peligroso básicamente habrá terminado.
Sin embargo, la recuperación final depende de la gravedad del estado del paciente.
Después de una craneotomía por hemorragia cerebral, los pacientes son propensos a sufrir neumonía debido al reposo prolongado en cama y a los pulmones inactivos. Voltéelo con más frecuencia y déle palmaditas en la espalda con más frecuencia para ayudarlo a toser la flema. Si el paciente no puede cuidar de sí mismo, se le debe intubar o aplicar un enema para mantener la defecación sin obstáculos.