Se desconoce la causa de los nódulos pulmonares. ¿Cómo juzgar si los nódulos pulmonares son benignos o malignos?
Hay muchos factores que causan los nódulos pulmonares, la mayoría de los cuales son causados por inflamación o crecimiento pulmonar, fibrosis hepática o engrosamiento después de que se cura la tuberculosis. Los nódulos pulmonares suelen ser afecciones benignas que no requieren un tratamiento exclusivo. Sin embargo, algunos nódulos benignos también pueden transformarse en lesiones malignas, por lo que una vez que se descubre un nódulo pulmonar, la enfermedad debe notificarse a tiempo dentro de los 2 años. Una vez que se descubre que los ganglios linfáticos son malignos, los síntomas pueden detectarse y tratarse tempranamente para reducir el daño al cuerpo. Además, las personas que fuman durante mucho tiempo o viven en un ambiente natural contaminado también pueden causar nódulos pulmonares. Los factores genéticos innatos también son uno de los principales factores que causan los nódulos pulmonares. Los exámenes físicos de rutina generalmente se realizan a tiempo, por lo que las enfermedades físicas pueden descubrirse desde el principio.
La prevención de los nódulos pulmonares debe comenzar por uno mismo y el entorno que lo rodea. Los propios pacientes deben dejar de fumar para mejorar su resistencia, hacer más ejercicio aeróbico para ejercitar la función pulmonar, como escalar montañas, montañismo y actividades al aire libre, y absorber más aire fresco. En cuanto al ambiente externo, si hay un ambiente irritado por neblina, polvo o vapores químicos, debe usar conscientemente una máscara y abrir las ventanas con regularidad para ventilar y ayudar a circular el aire interior. Los nódulos pulmonares son en su mayoría cicatrices dejadas por neumonía o tuberculosis debido a la autoinmunidad o al tratamiento. Por lo tanto, cuando aparecen síntomas de neumonía, nódulos pulmonares o tuberculosis, deben tratarse de acuerdo con el tratamiento estándar.
El tratamiento de los nódulos pulmonares debe determinarse según la situación real. La mayoría de los nódulos sólidos son benignos. Siempre que no haya síntomas de malestar, puede controlarse periódicamente y no se requiere ningún otro tratamiento. Sin embargo, si se sospecha que el nódulo tiene tendencia a volverse maligno, es necesaria una cirugía y un examen patológico oportunos.