¿Beber café daña el hígado o lo protege?

Introducción: Cualquier alimento y fármaco debe metabolizarse en el hígado después de ingresar al cuerpo humano. En principio, el café también necesita metabolizarse en el hígado. Algunas personas piensan que la cafeína contenida en el café puede aumentar la carga sobre el hígado y algunos estudios han demostrado que beber café puede reducir las transaminasas y aliviar la fibrosis hepática. Entonces, ¿qué afirmación es la más científica?

El café se elabora a partir de granos de café tostados, que son las nueces del cafeto, un pequeño árbol de hoja perenne de la familia de las Rubiáceas.

El café contiene muchos nutrientes, entre ellos cafeína, taninos, grasas ácidas, grasas volátiles, proteínas, azúcar, fibra y minerales.

La cafeína, también conocida como cafeína, es un alcaloide que tiene efectos estimulantes sobre el sistema nervioso central, el corazón y el sistema respiratorio.

Beber café con moderación puede reducir la fatiga muscular, favorecer la secreción de jugos digestivos, mejorar nuestra eficiencia en el trabajo y hacer que las personas se sientan felices.

Algunas personas son más sensibles a la cafeína cuando toman café, sentirán que los latidos de su corazón se aceleran, e incluso se sentirán ansiosos y nerviosos. El consumo excesivo de café puede provocar insomnio.

El hecho de que beber café sea bueno para el cuerpo puede estar relacionado con la forma en que se prepara el café.

El café sin filtrar contiene determinadas sustancias nocivas que pueden eliminarse mediante el uso de un filtro: una taza de café filtrado contiene 30 veces menos sustancias ricas en lípidos que el café sin filtrar.

Para el hígado, el café sin filtrar conlleva cierto riesgo de daño hepático. Por ejemplo, el café turco sin filtrar provocó un aumento de las transaminasas y de la peroxidación lipídica hepática en ratas con cirrosis inducida por tetracloruro de carbono.

Beber café filtrado tiene ciertos efectos beneficiosos a la hora de reducir el azúcar en sangre, los lípidos en sangre y la presión arterial.

Las investigaciones muestran que el café puede reducir el riesgo de cirrosis causada por la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la hepatitis C y la enfermedad hepática alcohólica.

Un estudio de casos y controles de 130 pacientes con enfermedad del hígado graso en México demostró que las personas con un alto consumo de cafeína tenían menos enfermedad del hígado graso bajo ultrasonido B y que el café tiene un cierto efecto antioxidante.

Un estudio francés realizado en 195 pacientes obesos con hígado graso confirmado mediante biopsia hepática demostró que beber café es beneficioso para el hígado graso y es un factor protector independiente del hígado.

Otro estudio de 782 adultos demostró que aquellos que bebían más café generalmente tenían niveles reducidos de fibrosis hepática. El posible mecanismo es que beber café puede mejorar la sensibilidad del cuerpo a la insulina, mejorar el síndrome metabólico y, por tanto, mejorar la fibrosis hepática.

En primer lugar, beber café filtrado; además, no beber café en ayunas, porque el café estimulará la secreción de ácido gástrico; en tercer lugar, no beber demasiado café, especialmente por la noche, para no causar fatiga. afectar el sueño.

No se recomienda el consumo de café a mujeres embarazadas y niños.

Conclusión: El café es una bebida bien tolerada con potenciales beneficios para diversas enfermedades hepáticas. En cuanto al mecanismo exacto del efecto del café sobre la enfermedad hepática, se necesita más investigación científica para aclararlo.