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Dile al niño la pregunta "¿Qué te hace irritable?"

Cuando los padres o los profesores hablan con sus hijos, es fácil impacientarlos. Esto se debe a las siguientes razones.

Primero, la ansiedad

Cuando los niños tienen dudas sobre sus capacidades, es fácil provocarles ansiedad y tensión. Les preocupa no comprender la pregunta con suficiente profundidad, responderla incorrectamente y temer que sus calificaciones se vean afectadas. Esta ansiedad puede provocar impaciencia en los niños.

En segundo lugar, la impaciencia

Los niños a menudo no tienen mucha paciencia y resolver problemas requiere un análisis y un pensamiento paciente. Si el pensamiento de un niño está atascado, es probable que se impaciente porque no puede obtener la respuesta de inmediato, lo que afectará la solución del problema.

En tercer lugar, el conflicto de roles

Los niños desempeñan diferentes roles en la escuela y la familia y enfrentan diferentes demandas y expectativas. Cuando los niños encuentran durante las conferencias problemas que entran en conflicto con los requisitos de los roles en la familia, son propensos a la insatisfacción y el disgusto. Por ejemplo, las escuelas exigen que los estudiantes presten atención durante las conferencias, mientras que los padres esperan que sus hijos estén felices mientras escuchan las conferencias y juegan. Este conflicto de necesidades también puede provocar impaciencia en los niños.

En cuarto lugar, la base de conocimientos no es lo suficientemente sólida.

A veces los niños tendrán ansiedad e impaciencia porque su base de conocimientos no es lo suficientemente sólida y su comprensión y dominio del problema no es lo suficientemente profundo. , lo que me lleva al fracaso. Confianza, miedo a no poder afrontar los estudios.

Por lo tanto, para aliviar la impaciencia de los niños, los padres y maestros deben prestar atención al estado mental del niño y brindarles ayuda y orientación oportunas basadas en su aceptabilidad. Al mismo tiempo, es necesario crear un ambiente de aprendizaje relajado, aumentar el placer de aprender de los niños y cultivar buenas actitudes y hábitos de aprendizaje de los niños. Lo más importante es que educar a los niños requiere paciencia y buena comunicación, para que los niños se sientan cuidados y apoyados, y así tengan más confianza y determinación para afrontar los retos del aprendizaje y de la vida.