Sin contacto. La colitis se desarrolla lentamente y varía en gravedad. Las principales manifestaciones clínicas son diarrea, dolor abdominal, mucosidad y heces con sangre purulenta. El estreñimiento severo ocurre después de una diarrea aguda y permanece estreñido durante varios días. A menudo va acompañado de pérdida de peso, fatiga, etc. , ataques más recurrentes. El dolor abdominal suele ser sordo o tipo calambres y suele localizarse en el cuadrante inferior izquierdo o en la parte inferior del abdomen. Otras manifestaciones incluyen pérdida de apetito, distensión abdominal, náuseas, vómitos y hepatomegalia. Puede haber sensibilidad en la parte inferior izquierda del abdomen y, a veces, se puede palpar el colon espástico. Los síntomas sistémicos comunes incluyen fiebre y anemia. En el curso de las enfermedades crónicas, un pequeño número de pacientes empeora repentinamente o sufre su primer ataque explosivo, que se manifiesta con diarrea intensa, deposiciones que contienen sangre, pus y mocos de 10 a 30 veces al día, además de fiebre alta, vómitos, taquicardia, agotamiento y deshidratación, desequilibrio electrolítico, pérdida del conocimiento e incluso perforación de colon, que puede provocar la muerte si no se trata a tiempo.
La neumonía se refiere a la inflamación de las vías respiratorias terminales, alvéolos y pulmones intersticiales, que puede ser causada por microorganismos patógenos, factores físicos y químicos, daño inmunológico, alergias y fármacos. La neumonía bacteriana es el tipo más común de neumonía y una de las enfermedades infecciosas más comunes. Los patógenos que causan la neumonía son muy complejos e incluyen bacterias, virus, micoplasmas y otros factores físicos y químicos, como radiaciones, cuerpos extraños inhalados, etc. La neumonía causada por bacterias neumocócicas es la más común. Las principales manifestaciones clínicas son fiebre, tos, producción de esputo y disnea. Las radiografías de los pulmones muestran infiltrados inflamatorios, que pueden acompañarse de dolor torácico o disnea. Los síntomas de la neumonía en los niños a menudo no son evidentes y pueden incluir una tos leve. La neumonía bacteriana se puede curar con antibióticos en 7 a 10 días. La neumonía viral es leve y el tratamiento con antibióticos es ineficaz.