Varias reacciones adversas a los medicamentos a las que las personas mayores deben prestar atención
Digoxina: Este fármaco se excreta principalmente por vía renal. La capacidad de eliminación renal de los ancianos disminuye, lo que prolonga la vida media del fármaco y aumenta la concentración sanguínea del fármaco. Las dosis convencionales son propensas a trastornos del sistema nervioso central o cardiotoxicidad grave.
Glucósidos cardíacos: Los efectos secundarios pueden aumentar debido a cambios en la función hepática o disminución del contenido de proteínas plasmáticas en personas mayores. Se observan comúnmente dolor de cabeza, mareos, bradicardia, bloqueo cardíaco, etc.
Lidocaína: Vida media prolongada, grandes dosis pueden causar fácilmente confusión e inhibir el corazón. Está contraindicado en personas mayores con bloqueo de conducción, enfermedad cerebrovascular o alergias.
Diazepam: El uso prolongado en personas mayores puede aumentar los efectos secundarios de supresión del sistema nervioso central, por lo que se debe reducir la dosis.
Fenitoína: En personas mayores con función renal baja o hipoalbuminemia, puede aumentar los efectos secundarios sobre el sistema nervioso o sanguíneo.
Amitriptilina, prometazina: los antidepresivos más utilizados. La mayoría de las personas mayores son propensas a sufrir síntomas como irritabilidad, insomnio, olvidos, agitación, falta de concentración y delirios después de tomarlo. El medicamento debe suspenderse a tiempo cuando se descubre.
Levodopa: propensa a sufrir efectos secundarios graves como náuseas, vómitos, hipotensión y síncope.
Diuréticos: Las personas mayores tienen funciones reguladoras reducidas, y el uso de diuréticos puede provocar fácilmente deshidratación y desequilibrio electrolítico.
Penicilina: En los ancianos, la excreción es lenta debido a la reducción de la función de secreción renal, o debido a la reducción de la tasa de unión a las proteínas plasmáticas y al aumento de la concentración sanguínea, propensos a reacciones tóxicas centrales, como alteración de la conciencia, convulsiones, ataques epilépticos e incluso coma.
Cefalosporinas: la función digestiva de las personas mayores generalmente está debilitada. Estos medicamentos tienen un fuerte efecto inhibidor sobre la flora intestinal y pueden provocar desequilibrios bacterianos. En las personas mayores, pueden provocar fácilmente deficiencia de vitamina K y hemorragias. También puede provocar infecciones secundarias como la colitis pseudomembranosa.