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Oraciones y párrafos con descripciones detalladas

Mi abuela tiene setenta años. Su cabello corto estaba cubierto de escarcha, sus grandes ojos estaban hundidos en las cuencas y casi todos los dientes de su boca se habían caído. Sus manos ásperas y delgadas estaban cubiertas de vasos sanguíneos parecidos a lombrices y cubiertas de moretones. El rostro curtido por la intemperie está surcado de arrugas, teniendo en cuenta las penurias de los últimos 70 años. Pero todavía estaba de muy buen humor y tenía la cara sonrojada.

El estudiante se frotó el dedo medio mientras miraba las manos del profesor Chen, solo para darse cuenta de que esas dos manos eran realmente diferentes de las manos de la gente común. Las palmas son cuadradas y cuadradas, los dedos son gruesos y cortos, cada dedo no es recto y el interior y el exterior están cubiertos de callos. Las yemas redondas de los dedos son como uñas en medio capullo y el aspecto general es como un pequeño rastrillo hecho de ramas.

Mi madre no sabe disfrazarse ni bailar, pero tiene un par de manos hábiles. Mamá* tiene manos delgadas y flexibles, y sus dedos blancos y suaves son aún más llamativos. Mi madre tejió un suéter y sus dedos se movían como una lanzadera, lo cual era deslumbrante. Pronto tejió una pieza grande.

Tengo un par de manos normales. La palma es un poco redonda y suave, con varias líneas curvas entrelazadas. Los dedos pueden ser largos o cortos, gruesos o delgados. Cuando están rectos, quedan ligeramente curvados, como un arco que no se puede tensar. Las yemas de los dedos blancas sobresalen en el medio, y los dedos son puntiagudos y profundamente incrustados con una uña rosa.

Mi madre es oftalmóloga. Como todas las madres, tiene manos normales. Estas manos nunca han hecho nada trascendental ni han creado grandes milagros, pero están ocupadas todo el día y no dejan de trabajar incluso cuando la gente se queda dormida.

Todo el mundo tiene un par de manos. Los trabajadores tienen manos fuertes, los actores tienen manos suaves, pero mi abuela tiene un par de manos callosas que no pueden estar inactivas. Durante muchos días y noches, sus manos inquietas trajeron felicidad y alegría a nuestro hogar, manteniéndolo limpio y ordenado. ¡Cuántas veces estas manos nos han hecho sentir su calor!