Lesión torácica, tumor

Cuando los pulmones y la pleura están enfermos, es fácil sentir dolor, especialmente al toser y respirar profundamente, que se volverá cada vez más grave. El dolor que provoca la pleuresía equivale a un pinchazo. Cuando el tórax se expande en gran medida, el dolor aumentará y el paciente quedará sin aliento. Cuando se produce un tumor maligno en la pleura, además del dolor, también habrá derrame pleural sanguinolento y el paciente seguirá tosiendo.

El dolor en el pecho también puede producirse cuando el sistema digestivo está enfermo. Con el cáncer de esófago o el esófago retrasado, habrá dolor persistente en el pecho, que es un dolor terrible, especialmente al tragar alimentos. Si tiene cálculos biliares y colecistitis, es posible que sienta dolor debajo del seno derecho.

Si tienes una enfermedad cardiovascular, es posible que sientas dolor en la mitad del pecho. El dolor causado por la enfermedad coronaria se concentra principalmente detrás del esternón y se irradia. Comienza como una ligera sensibilidad y luego se vuelve más intensa, especialmente después de comer.

Cuando las costillas y los músculos de la pared torácica se enferman, habrá un dolor evidente en el pecho. Cuando se daña el tejido blando de la pared torácica, puede producirse dolor localizado. El dolor ocurre cuando se rompe una costilla o crece un tumor y se comprime el tórax.

Estar en un estado de miedo durante mucho tiempo también puede provocar dolor en el pecho, acompañado de opresión en el pecho. El paciente respira profundamente con frecuencia, los latidos de su corazón se aceleran y sus brazos siempre se sienten entumecidos y con hormigueo. Los pacientes experimentan un dolor intenso debajo del esternón al tragar alimentos, así como una ansiedad excesiva.

Si el dolor en el pecho es causado por la enfermedad primaria, debe tratarse activamente sin suponer demasiada carga psicológica.