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¿Cuáles son los tratamientos dietéticos para pacientes con enfermedades hepatobiliares?

(1) Dietoterapia para la hepatitis aguda

En el tratamiento de la hepatitis aguda, una dieta razonable ayuda a reparar y regenerar las células del hígado, mejora la función metabólica normal del hígado, reduce la formación de toxinas y promueve la descomposición de toxinas y la excreción.

(1) Aporte suficiente de proteínas. En pacientes con hepatitis aguda, el metabolismo de las proteínas se ve significativamente afectado, lo que resulta muy perjudicial para la reparación y regeneración de las células hepáticas y la formación de anticuerpos. Por tanto, conviene llevar una dieta rica en proteínas, como pescado, leche, huevos, carnes magras, productos de soja, etc. Para los pacientes en general, la proteína diaria no debe ser inferior a 1 ~ 1,5 g por kilogramo de peso corporal. Por ejemplo, un paciente que pesa 70 kg debe consumir una ingesta diaria de proteínas de 70 a 140 g. Sin embargo, vale la pena señalar que si el amoníaco en sangre del paciente es alto o propenso al coma hepático, la ingesta de proteínas debe limitarse estrictamente; de ​​lo contrario, se producirán consecuencias graves.

2 Los hidratos de carbono deberían ser suficientes. El metabolismo de la glucosa está reducido en pacientes con hepatitis aguda. Administrar suficientes carbohidratos puede proteger y tratar las células hepáticas dañadas y también puede reducir la descomposición de proteínas y grasas en el cuerpo, lo que es beneficioso para la reparación del tejido hepático dañado. Los pacientes de mediana edad y ancianos sólo necesitan comer unos 400 gramos de comida al día para cubrir sus necesidades, porque el glucógeno almacenado en el hígado tiene un cierto límite. Si comen demasiado, no se convertirá en más glucógeno, sino en grasa, aumentando la carga sobre el hígado.

③ El aporte de grasas debe ser el adecuado. Los pacientes con hepatitis aguda, especialmente aquellos con hepatitis con ictericia aguda, deben recibir una dieta baja en grasas, generalmente no más de 20 a 50 gramos de grasa por día, porque son extremadamente reacios al aceite. Para los pacientes con hepatitis no ictérica, para aumentar la energía total, la ingesta de grasas puede ser mayor. Estas grasas proceden principalmente de aceites vegetales, leche y pescado.

④El aporte de vitaminas debe ser suficiente. El hígado es el lugar de almacenamiento de diversas vitaminas y participa en el metabolismo de las vitaminas. Por ejemplo, las células del hígado pueden convertir el caroteno en vitamina A y la niacina en componentes de la coenzima I y la coenzima II. Por tanto, después de sufrir hepatitis, la absorción y el metabolismo de las vitaminas en el organismo se ven afectados. Es necesario comer más verduras frescas ricas en vitaminas para complementar las necesidades del organismo.

⑤ Evite beber alcohol. El alcohol tiene un efecto tóxico sobre las células del hígado. Cuando se padece una enfermedad hepática, la capacidad del hígado para desintoxicar el alcohol se reduce significativamente. Beber en este momento no es más que añadir sal a la herida. Si bebe demasiado, puede provocar fácilmente una necrosis hepática aguda y provocar consecuencias adversas.

⑥Bebidas y otros. El agua diaria debería ser suficiente, no menos de 1200 ~ 1500 ml. Esto es beneficioso para la dilución de la bilis y acelera la excreción de desechos metabólicos. Si tiene distensión abdominal, beba menos leche y leche de soja, y coma menos dulces y otros alimentos que produzcan gases.

⑦ Presta atención a la preparación de los alimentos. Las personas con hepatitis suelen tener pérdida de apetito. Los métodos de cocción mejorados pueden aumentar el apetito de los pacientes. En las primeras etapas de la enfermedad, predomina el jugo ligero semilíquido. A medida que la condición mejora, se deben administrar comidas nutritivas, apropiadas y de fácil digestión.

8 Dietoterapia sencilla. Coger unas cuantas lochas, secarlas en el horno a 100°C y molerlas hasta convertirlas en polvo. Tómelo tres veces al día, de 10 a 15 g cada vez, después de las comidas.

(2) Dietoterapia para la hepatitis crónica y la cirrosis.

La hepatitis crónica y la cirrosis son enfermedades hepáticas comunes. A través de la terapia dietética, los pacientes pueden mejorar su estado nutricional en todo el cuerpo, mejorar su resistencia a las enfermedades y promover la recuperación.

① La ingesta calórica debe ser la adecuada. En el pasado, algunas personas trataban la hepatitis con una dieta rica en calorías. Como resultado, la mitad de los pacientes con hepatitis aguda y un tercio de los pacientes con hepatitis crónica desarrollan hígado graso. La práctica ha demostrado que es conveniente que los pacientes con hepatitis crónica obtengan diariamente 2.400 kcal de calorías de una dieta equilibrada.

(2) El aporte de proteínas debe ser suficiente. Los pacientes con hepatitis crónica tienen mayores necesidades de proteínas que las personas normales debido a problemas de digestión y absorción, descomposición de proteínas en los tejidos y mayor pérdida de proteínas. Se deben administrar aproximadamente 1,5 g por kilogramo de peso corporal y se debe administrar más proteína de alta calidad que contenga aminoácidos esenciales. Especialmente cuando hay ascitis, si aumenta la albúmina en el cuerpo, puede aumentar la presión coloide osmótica del plasma, lo que es beneficioso para el reflujo del líquido tisular, reduce la fuga de ascitis, aumenta el volumen sanguíneo y la tasa de filtración glomerular, actuando así como un diurético. y reducir la ascitis. Las proteínas provienen principalmente del pescado, los camarones, los huevos, la carne magra, la leche y los productos de soja.

Los pacientes con cirrosis hepática avanzada tienen una baja capacidad para procesar el amoníaco, el producto final metabólico de las proteínas. Para evitar la intoxicación por amoníaco, deben limitar su ingesta de proteínas en la dieta y su peso diario debe ser igual. controlado a 0,7 ~ 1 g, o menos.

③Los carbohidratos deben obtenerse de los cereales.

Los hidratos de carbono deben ser arroz y harina, algunos cereales secundarios y azúcares refinados como la sacarosa y el azúcar de frutas. No es recomendable comer más. De lo contrario, no solo afectará el apetito y dificultará la ingesta de otros nutrientes, sino que también provocará fácilmente la acumulación de grasa en el cuerpo e inducirá el hígado graso. La ingesta de carbohidratos debe ser de unos 400 gramos de cereales por persona y día, lo que representa entre el 65% y el 75% del total de calorías.

④El aporte de grasas debe ser moderado. Cuando el hígado está enfermo, la secreción de bilis se ve afectada, dificultando la digestión y absorción de grasas. Es necesario reducir el aporte de grasas en los alimentos. Generalmente, no más de 50 gramos de grasa por día, incluida la grasa del aceite de cocina y diversos alimentos.

⑤ Aportar suficientes vitaminas. Cuando el hígado está enfermo, la absorción y el metabolismo de las vitaminas se ven afectados, por lo que los alimentos deben ser ricos en vitaminas. Las vitaminas B juegan un papel importante en la promoción de la digestión y la absorción, la síntesis de glucógeno y la prevención del hígado graso. Provienen principalmente de cereales integrales y alimentos cárnicos. La vitamina C tiene el efecto de promover el metabolismo y la desintoxicación y se obtiene principalmente de frutas y verduras frescas de color. La vitamina A y la vitamina E tienen un efecto protector sobre el hígado y se derivan principalmente de alimentos animales y aceites vegetales.

⑥Aporte de otros nutrientes. Los pacientes con enfermedad hepática tienen un contenido reducido de zinc en el hígado y un contenido reducido de zinc en suero, por lo que deben prestar atención a la suplementación con zinc. La carne magra de cerdo, vacuno y ovino es rica en zinc, que puede combinarse con proteínas para comer más.

Si los pacientes con cirrosis hepática tienen ascitis, deben adoptar una dieta baja en sal o sin sal dependiendo de la cantidad de ascitis. Bajo en sal, es decir, el consumo diario de sal es de 3 ~ 5 g, incluida la sal de otros condimentos.

Además, los pacientes con cirrosis hepática son propensos a sufrir hipopotasemia y coma hepático, debiendo elegir alimentos ricos en potasio y fibra, como carnes magras, verduras, frutas, etc. La fibra puede mantener las heces suaves, reducir la absorción de aminas y desempeñar un papel determinado en la prevención del coma hepático.

Comer menos o nada de comida picante.

⑦Terapia dietética sencilla. Hepatitis crónica: pelar las peras, remojarlas en una tina de vinagre y comerlas con moderación después de 2-3 días. El consumo regular es eficaz; cirrosis hepática y ascitis: tomar 4 trozos de bilis de cerdo y 500 g de polvo de frijol mungo. Seque y triture la bilis de cerdo, agréguela al polvo de frijol mungo, agregue agua y revuelva uniformemente para hacer bolitas de frijol. Tomar de 6 a 9 g cada vez, tres veces al día hasta terminar.

(3) Dietoterapia para el hígado graso

El hígado graso es causado por trastornos del metabolismo de las grasas del hígado, causados ​​principalmente por obesidad, sobrenutrición, alcoholismo, diabetes, intoxicación por drogas, etc. Por ejemplo, durante el período de recuperación de los pacientes con hepatitis, el consumo excesivo de dulces aumentará la fuente de grasa en el hígado, provocará disfunción de la grasa y provocará hígado graso. La dietoterapia juega un papel muy importante en el tratamiento del hígado graso.

① Controlar la ingesta calórica. Los pacientes con enfermedad del hígado graso deben controlar estrictamente su ingesta total de calorías para promover la oxidación y descomposición del exceso de grasa en el cuerpo, reduciendo así la acumulación de grasa en el hígado. Controlar las calorías totales, reduciendo principalmente la ingesta de grasas y carbohidratos. La grasa diaria debe controlarse en 0,5 ~ 0,8 g y los carbohidratos deben controlarse en 2 ~ 4 g. Por ejemplo, para un paciente que pesa 80 kg, la ingesta diaria de carbohidratos debe controlarse en 160 ~ 320 g, lo que equivale a 200 ~ 350 g de arroz (la ingesta de grasas debe controlarse en 40 ~ 60 g por día; la proteína puede ser útil); el transporte de grasas en el hígado es adecuada una ingesta diaria de 1,2 g por kilogramo de peso corporal. Estas proteínas provienen principalmente del pescado, los camarones, la carne magra, los huevos, la leche desnatada y los productos de soja bajos en aceite (como el tofu).

② Suplementar suficientes fosfolípidos y vitaminas. Los fosfolípidos son sustancias esenciales para el funcionamiento de la grasa en el hígado, por lo que el organismo debe contar con abundantes fosfolípidos y materias primas para fabricar fosfolípidos. Carne de conejo, gambas secas, vieiras, mijo, semillas de sésamo, coliflor, colza, etc. Contiene una gran cantidad de sustancias que pueden convertirse en fosfolípidos en el organismo, por lo que se debe incrementar la ingesta de estos alimentos en la dieta.

Los pacientes con enfermedad del hígado graso deben comer más verduras y frutas frescas ricas en vitaminas.

③Tabúes y otros. Los pacientes con hígado graso deben abstenerse de consumir alcohol para evitar aumentar la carga sobre el hígado. Evite las frutas que contengan carbohidratos y especias picantes. La ingesta de sal debe limitarse a 4 a 6 gramos por día para evitar un mayor agravamiento de la afección.

Además, para paliar el hambre provocada por las restricciones dietéticas se deben seleccionar en la dieta alimentos de gran volumen y bajos en calorías. Por ejemplo, cereales integrales y verduras con menos almidón.

④Terapia dietética sencilla. 500 gramos de vinagre y 50 gramos de jengibre. Cortar el jengibre, ponerlo en vinagre, sellarlo y tomarlo al cabo de 1 semana. Tome de 5 a 10 ml de jugo de vinagre cada vez, 1 a 2 veces al día; ponga 6 gramos de semillas de casia y 6 gramos de espino respectivamente en un termo, prepárelo con agua hirviendo y podrá beber té.

(4) Terapia dietética para colecistitis y cálculos biliares.

La colecistitis y los cálculos biliares son enfermedades comunes entre personas de mediana edad y personas mayores, y en ocasiones estas dos enfermedades pueden presentarse en el mismo paciente. La causa de la enfermedad está estrechamente relacionada con la colestasis, la infección bacteriana y los trastornos del metabolismo del colesterol. La terapia dietética para estas dos enfermedades se centra principalmente en controlar la ingesta de grasas para garantizar la secreción y el metabolismo normales de la bilis.

①La dieta debe ser baja en grasas y colesterol. Pacientes con enfermedad del tracto biliar, trastorno de la absorción de grasas y trastorno del metabolismo del colesterol. Así, los alimentos grasos como las grasas, los fritos, los frutos secos, las semillas, etc. y alimentos ricos en colesterol, como sesos de animales, médula espinal, despojos, huevos de pescado, yemas de huevo, etc. , debe reducirse en la dieta. La ingesta diaria de grasas, incluido el aceite de cocina, no debe exceder los 40-50 g. Se debe utilizar aceite vegetal al cocinar, ya que el aceite vegetal es beneficioso para el funcionamiento de la vesícula biliar. Si limita la ingesta de colesterol, puede regular el metabolismo del colesterol y prevenir la formación de cálculos biliares.

(2) Aportar suficientes proteínas y carbohidratos. Los pacientes con colecistitis deben elegir alimentos proteicos de alta calidad, fáciles de digerir y bajos en grasas, como leche desnatada, claras de huevo, tofu, leche de soja, carne de conejo, ternera, carne magra de cerdo, etc. Las toxinas producidas por la inflamación de la vesícula biliar pueden regresar al hígado a través del tracto biliar, dañando así la función hepática. Hay suficiente proteína de alta calidad en la dieta para reparar las células hepáticas dañadas de manera oportuna. Por lo tanto, el aporte de proteínas debe ser de 1 ~ 1,2 g por kilogramo de peso corporal al día. También deben incluirse en la dieta alimentos ricos en hidratos de carbono para asegurar las necesidades de energía térmica del organismo y la síntesis de glucógeno. Sin embargo, la ingesta de carbohidratos debe basarse en el mantenimiento del peso normal y no debe ser excesiva, ya que de lo contrario puede contribuir a trastornos del metabolismo de los lípidos.

③Come más verduras frescas. Comer verduras frescas no sólo aporta suficientes vitaminas, sino que también aporta una cierta cantidad de sales inorgánicas y oligoelementos. La celulosa de los vegetales también puede promover la secreción de bilis, diluir la bilis, prevenir la formación de cálculos y facilitar la descarga de desechos metabólicos.

4 puntos a destacar. 1. A la hora de cocinar los alimentos es recomendable guisarlos, cocerlos a fuego lento, cocerlos al vapor, hervirlos, etc., y evitar freírlos o freírlos. Debido a que la grasa produce acroleína a altas temperaturas, provocará de forma refleja un espasmo biliar después de comer, agravando la afección. El segundo es beber más líquidos y aumentar la ingesta de alimentos. Beber más líquidos puede diluir la bilis y aumentar la ingesta de alimentos puede estimular la secreción de bilis y facilitar su excreción.

⑤Terapia dietética sencilla. 60~90g de cáscara de melón de invierno (el doble de cáscara fresca), añadir agua para decocción y tomar 2~3 veces al día. Puede eliminar el calor y desintoxicar, diurético y laxante, y tratar la colecistitis. Corte la carne del lomo de 2 lochas vivas, tráguelas crudas y tómelas con agua tibia. Puede calentar el medio y reponer el qi, desintoxicar y reducir la inflamación y tratar la colecistitis aguda.