Después de extirpar el tumor, se analiza si es benigno o maligno.
El primer nivel es la observación visual. Observe el tamaño, el color, la textura, la cápsula y la adyacencia del tumor a los órganos circundantes para ver si hay cambios secundarios. Ésta es una opinión tendenciosa entre el bien y el mal.
El segundo nivel es la observación microscópica. Realice secciones patológicas y observe las células tumorales y la estructura del tejido al microscopio. La mayoría de los tumores pueden diagnosticarse como benignos y malignos a este nivel.
El tercer nivel es la inspección especial. Los tumores con diagnóstico secundario cuestionable requieren mayor observación. Incluyendo tinciones especiales, tinciones inmunohistoquímicas, microscopía electrónica y otras técnicas. Observar más a fondo la estructura intracelular de los tumores.