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¿Qué pasó con el quiste hepático? Los quistes hepáticos no dan miedo.

1¿Qué es el quiste hepático? Es muy probable que los quistes hepáticos se descubran durante el examen físico. La tasa de incidencia para personas de 30 a 40 años es 8, y para personas de 50 a 60 años, la tasa de incidencia es 37,8. El quiste hepático es una lesión quística congénita del hígado, que en realidad es una "ampolla" en el hígado. Esta es una enfermedad benigna común del hígado. Los quistes hepáticos pueden ser únicos o múltiples. Los quistes hepáticos múltiples combinados con quistes renales se denominan enfermedad hepática poliquística. Los quistes hepáticos son tanto congénitos como adquiridos. Los quistes hepáticos congénitos son causados ​​por el desarrollo anormal de los conductos biliares o los vasos linfáticos en el hígado durante la vida embrionaria y están presentes desde el nacimiento. Los quistes hepáticos adquiridos pueden ser el resultado de cambios degenerativos en los conductos hepáticos, que están ausentes al nacer y aparecen posteriormente en el hígado con la edad. Los quistes hepáticos suelen denominarse quistes hepáticos congénitos.

2 ¿Los quistes hepáticos se volverán cancerosos cuando crezcan? Los quistes hepáticos suelen estar en un estado estático de quistes pequeños y son inofensivos para el cuerpo humano. Los quistes hepáticos son lesiones benignas del hígado, por lo que la mayoría no se vuelven cancerosas. Aunque hay dos situaciones raras, aún hay que estar atento: primero, el diagnóstico es incorrecto, no quistes hepáticos, sino cáncer quístico de hígado; segundo, hay una larga historia de quistes hepáticos; Durante el seguimiento, se observó que la pared del quiste evolucionó de lisa a nodular, pudiendo aparecer otros indicadores de cáncer de hígado. Por lo tanto, es necesario realizar un seguimiento regular de los quistes hepáticos y prestar atención a los cambios en el tamaño de los quistes.

3¿Cuáles son los síntomas de los quistes hepáticos? Los quistes hepáticos crecen lentamente y pueden ser asintomáticos durante mucho tiempo o de por vida. A menudo se descubren accidentalmente durante un examen de ultrasonido B. Sus principales manifestaciones clínicas varían dependiendo de la localización, tamaño, número, si comprime órganos adyacentes y si existen complicaciones. Los quistes hepáticos simples son relativamente raros, afectan más a las mujeres que a los hombres y la proporción entre hombres y mujeres es de 1:4. Alrededor del 20% de los pacientes son sintomáticos, siendo el síntoma inicial más común un aumento del perímetro abdominal. Los primeros síntomas pueden comenzar a cualquier edad, pero la mayoría ocurren entre los 20 y los 50 años. Los síntomas clínicos comunes incluyen: 1. Síntomas gastrointestinales. Cuando el quiste crece y comprime el estómago, el duodeno y el colon, puede provocar saciedad, pérdida de apetito, náuseas y vómitos después de las comidas. 2. Dolor abdominal. Los quistes grandes y pesados ​​pueden causar malestar en la parte superior del abdomen, dolor sordo o dolor sordo leve. El dolor intenso y repentino o los signos y síntomas de peritonitis sugieren complicaciones, como sangrado o ruptura de un quiste, y posibles escalofríos y fiebre. 3. Masa abdominal. El descubrimiento de una masa abdominal es la primera presentación primaria en muchos pacientes. 4. Los quistes cerca del portal hepático pueden causar ictericia leve al comprimir el conducto hepático o el conducto biliar común. Su incidencia es baja y solo ocurre en aproximadamente 5 casos.

4 Tratamiento de los quistes hepáticos y precauciones diarias La mayoría de los quistes hepáticos no requieren tratamiento, especialmente aquellos que no crecen rápidamente y no se vuelven malignos. No representan ninguna amenaza para los pacientes y generalmente no requieren tratamiento. Los quistes hepáticos rara vez se rompen espontáneamente e incluso si lo hacen, el líquido que sale del quiste es inofensivo para el cuerpo humano. Debido a que ciertos alimentos no se han relacionado con la formación de quistes hepáticos, los pacientes con quistes hepáticos no necesitan evitar comer. Hasta ahora, no se ha descubierto que las tareas domésticas, el ejercicio y el trabajo promuevan el crecimiento de quistes hepáticos, por lo que los pacientes con quistes hepáticos no necesitan cambiar sus hábitos de vida ni su entorno de trabajo. Sin embargo, para observar cambios en los quistes, los pacientes con quistes hepáticos deben someterse a una ecografía B cada seis meses a un año. Actualmente, la escleroterapia por punción guiada por ultrasonido es la primera opción para quistes de más de 5 cm de diámetro, especialmente en pacientes con síntomas incómodos. Este método es sencillo y no requiere disección abdominal.