¿Cómo conservar mejor la miel?
Para climas no muy calurosos, la miel se puede conservar a temperatura ambiente en un lugar fresco. Sin embargo, al almacenar miel a temperatura ambiente, la elección del recipiente es muy importante. Puede elegir un frasco de vidrio o un frasco de cerámica. Al poner miel en el frasco, debe esterilizarlo a alta temperatura para matar las bacterias del interior antes de guardarlo.
2. Almacenamiento sellado
Al almacenar la miel, se debe sellar para evitar que la miel quede expuesta al aire, lo que puede generar bacterias fácilmente. Por lo tanto, al almacenar miel, puedes tapar la abertura del recipiente con una capa de plástico, luego sellarlo con la tapa y volver a sellar el plástico después de cada uso.
3. Mantenlo fresco en el frigorífico.
Si hace calor, puedes meterlo en el frigorífico para mantenerlo fresco. Primero debes sellar la miel en un frasco hermético y luego poner la miel sellada en el compartimento para verduras del refrigerador.
Atención
A la hora de almacenar miel, primero hay que prestar atención a sellarla. La razón principal es que la miel es altamente higroscópica y puede absorber la humedad del aire, provocando su deterioro.
Cuando la miel no está sellada, seguirá absorbiendo la humedad del aire. Cuando el contenido de humedad de la miel supera los 21, la levadura de la miel crecerá, se reproducirá en grandes cantidades y se deteriorará. Por lo tanto, al ir y venir a buscar miel, la tapa de la botella debe apretarse a tiempo y la cuchara utilizada para ir a buscar miel debe mantenerse limpia y seca para evitar que la miel entre humedad.
Por lo general, la miel se puede almacenar en un lugar seco, ventilado, fresco y con luz solar directa. La vida útil de la miel en el mercado es de 18 meses o dos años, pero la vida útil real de la miel suele superar este tiempo.
Sin embargo, cuando la miel tiene una capa de espuma blanca, hay que prestar atención. Bee recomienda que todos huelan. Si huele a alcohol, normalmente significa que la miel se ha echado a perder. Debido a que la miel contiene una gran cantidad de microorganismos después de su deterioro, no es apta para el consumo continuo.