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El experimento de modificación de equipos antiguos en España

El antiguo experimento de modificación de equipos de España

Después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo comenzó una fiesta de la partición, y España, que no participó en la guerra, también recibió una parte de la fiesta. Algunos investigadores científicos alemanes huyeron al país para ganarse la vida, lo que en cierta medida ayudó al desarrollo de la ciencia y la tecnología militares españolas. En particular, los lanzadores de cohetes alcanzaron un gran desarrollo después de la Segunda Guerra Mundial. No solo el calibre se hizo cada vez más grande. , pero el alcance y la precisión también mejoraron mucho.

No basta con tener un lanzacohetes, también hay que instalarlo en un vehículo a motor para fabricar un lanzacohetes autopropulsado. Los diseñadores han probado una variedad de vehículos con ruedas, pero el diseño más extraño debería ser el experimento de modificación del cañón de asalto número 3.

Como uno de los principales equipos del ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial, la importancia y las capacidades de combate reales del cañón de asalto número 3 son evidentes. Quizás para conquistar a España, Alemania lo proporcionó. algunas armas y equipos al país, incluidos aproximadamente 10 cañones de asalto, dados de baja por el Ejército español en 1954.

Los trabajos de modificación se realizaron en los años 1970 y fueron realizados por la fábrica de Marano SA. El arma de asalto número 3 utiliza una recámara de combate fija. El experimento parece haber desmantelado su cañón y reinstalado un lanzacohetes de paso ajustable sobre la sala de combate. Apunta directamente detrás de la carrocería del vehículo y el lanzador está montado sobre rieles.

Este dispositivo de lanzamiento dispara el lanzacohetes G-1, con un calibre de 381 mm y un tamaño de munición muy grande. Un solo proyectil pesa 365 kilogramos y mide unos 2 metros de largo. El cuerpo del misil es cilíndrico y no tiene alas ni otros diseños. Estabiliza la trayectoria balística mediante rotación y tiene un alcance máximo de 18 kilómetros.

Un caparazón tan pesado no puede llenarse con mano de obra. Sobre el compartimento del motor, en la parte trasera del vehículo, se encuentra un soporte metálico inclinado. Los proyectiles se colocan en el soporte mediante el equipo de elevación, se empujan hacia adelante desde la parte delantera del lanzador con la boca bajada y luego se levantan para lanzar.

Este lanzacohetes autopropulsado es evidentemente experimental. No tiene valor práctico. La carrocería del automóvil es demasiado alta, la densidad de potencia de fuego es pobre, el trabajo de carga es engorroso y no se puede llevar munición de repuesto en el automóvil. En el futuro no se desarrollará ninguna versión de combate real, pero debería promover la tecnología española de lanzamiento de cohetes. Hoy España es uno de los países que desarrolla y produce de forma independiente cohetes autopropulsados ​​avanzados, lo que es inseparable de la acumulación tecnológica de ese año.