La historia del desarrollo de la cilastatina
Aunque los AINE se utilizan ampliamente clínicamente para tratamientos antipiréticos y antiinflamatorios, no fue hasta la década de 1870 que se descubrió que estos fármacos inhiben la ciclooxigenasa (COX) para ejercer efectos farmacológicos, mientras que la ciclooxigenasa bloquea la producción. de prostaglandinas. El descubridor de este descubrimiento, el farmacólogo británico John Vine, ganó el Premio Nobel de Medicina en 1982. En 1991, los científicos confirmaron la presencia de dos tipos diferentes de COX en el cuerpo humano. La COX-2 se produce después de un daño tisular y media en la síntesis de prostaglandinas, que causan fiebre, inflamación y dolor en el cuerpo. Por otro lado, la COX-1 puede mantener las actividades normales de las células, proteger la mucosa gastrointestinal, mantener la función renal y mantener la función plaquetaria. Los AINE tradicionales inhiben tanto la COX-2 como la COX-1 y se asocian con numerosos efectos adversos gastrointestinales. En 1998 se introdujo el primer inhibidor selectivo de la COX-2, celecoxib (Celebrex). En diciembre de 1998, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó la comercialización de celecoxib para el tratamiento de la osteoartritis y la artritis reumatoide. Desde entonces, ha sido aprobado para la artritis reumatoide y la artritis anquilosante en niños mayores de 2 años. , dolor agudo y dismenorrea primaria. En enero de 2001, la Administración de Alimentos y Medicamentos de China (CFDA) aprobó la comercialización del silostato. En 2004, el rofecoxib, el segundo inhibidor selectivo de la COX-2 del mundo, fue retirado del mercado en Estados Unidos debido a eventos cardiovasculares adversos. En 2005, la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) convocó un comité asesor para evaluar la seguridad cardiovascular de los AINE. La FDA concluyó que la mayoría de la evidencia sugiere que celecoxib conlleva riesgos cardiovasculares similares a los AINE no específicos cuando se usa de forma rutinaria o en pacientes mayores. El comité asesor votó 31 a 1 a favor de continuar con celecoxib. En 2010, The Lancet publicó los resultados del estudio CONDOR, que comparó celecoxib con el AINE tradicional diclofenaco combinado con el inhibidor de la bomba de protones omeprazol en la osteoartritis y la seguridad gastrointestinal en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. Los resultados mostraron que la incidencia de eventos adversos gastrointestinales clínicamente significativos en el grupo de diclofenaco más omeprazol fue cuatro veces mayor que en el grupo de celecoxib. Proporciona respaldo basado en evidencia de alta calidad para la seguridad gastrointestinal de celecoxib.