Red de conocimientos sobre prescripción popular - Enciclopedia de Medicina Tradicional China - Discute una pregunta: ¿Deberían ocultarse las enfermedades graves a los pacientes?

Discute una pregunta: ¿Deberían ocultarse las enfermedades graves a los pacientes?

Hay una tía de 57 años en el hospital comunitario que acude con frecuencia al departamento de internación. Tiene cáncer de vejiga.

La tía es muy simpática y conversadora. Siempre se relacionaba con los médicos y enfermeras de la sala y de vez en cuando traía chili y rábanos caseros para compartir con todos. Se dice que es delicioso. Una vez una enfermera quiso pedirle a su tía unos cuantos kilos para llevárselos a comer a casa. Pero mi tía se negó a aceptar el dinero porque no podía hacerlo.

El cáncer de escalera es muy doloroso. Como todos los cánceres, duele y duele sin cesar. La tía suele venir al hospital sólo para recibir inyecciones de analgésicos y fisioterapia para aliviar el dolor.

La tía tiene muy buena actitud. Dijo que descubrió la enfermedad hace diez años y ahora se gana la vida en paz. Pero vi las heridas quirúrgicas en el cuerpo de mi tía. De hecho, mi tía ha sido torturada en los últimos años.

La tía también contó que cuando se enteró por primera vez, su marido quiso ocultárselo. Después mi tía se enteró y se enojó mucho. Ella sermoneó a su marido: "Si no me lo dices, si un día me voy de repente y todavía quedan tantas cosas sin contabilizar y tantos deseos no cumplidos, acudiré a ti aunque sea un fantasma".

Puedo entender el comportamiento de su marido, pero estoy más de acuerdo con los pensamientos de mi tía.

De repente me acordé de hace muchos años, cuando por primera vez me convertí en médico de cabecera de cirugía. En ese momento, una joven paciente fue trasladada de urgencia al hospital. El médico de urgencias le diagnosticó apendicitis y durante la cirugía se descubrió un tumor cecal. Finalmente le diagnosticaron linfoma no Hodgkin menos de un año después de casarse.

Su marido y sus padres pidieron que se mantuviera confidencial el estado de la paciente por temor a que ella se sintiera infeliz si se enteraba. Ella temblaba cada vez que yo hacía rondas, temiendo que le contara la verdad. Aunque el punto de partida fue por el bien de la paciente, aun así me sentí muy culpable al ver su sonrisa feliz pensando que pronto podría volver a su vida normal. Sólo pensar en lo que ella está a punto de enfrentar me da ganas de llorar.

¿Está realmente bien ocultárselo?

¿Cuánto tiempo podemos mantener esto en secreto?

Pensé en esta pregunta una y otra vez.

Después de ser dada de alta del hospital y regresar a casa para descansar durante medio mes, tuvo que acudir nuevamente al departamento de hematología para ser hospitalizada para recibir quimioterapia. Es tan joven, tan inteligente y tan poderosa en Internet, ¿no sospechará? ¿Es más cruel dejar a los pacientes tanteando en la oscuridad, con miedo y recibiendo solos respuestas desgarradoras?

Diferentes personas tienen diferentes ideas. Si fuera tú, ¿qué elegirías?