¿Cuál es la especie de salamandra más grande?
La salamandra más famosa es el ajolote mexicano. Sólo vivían en un lago en México, y en cierta etapa de desarrollo dejaron de existir repentinamente, por lo que ahora casi pasan su vida en el agua como renacuajos gigantes. No está claro por qué se produjo esta regresión evolutiva. Puede ser causado por el deterioro del medio ambiente terrestre cerca del lago, pero no ha afectado a otras especies de salamandras que viven allí. Ocasionalmente, se convertirán en un animal que se parece a una salamandra rayada de tigre adulta, que también puede ser estimulada artificialmente con inyecciones de hormonas. Actualmente, el 99% de las salamandras ambistomas del mundo se encuentran en cautiverio, la mayoría de ellas descendientes de seis parejas de padres que llegaron al laboratorio del zoólogo francés Auguste Dumery en París en 1863.
Las salamandras son animales a los que no les gusta ir muy lejos. El lugar más lejano que han visitado en sus vidas está a menos de 1,6 kilómetros de su lugar de nacimiento. Esta característica les resulta fatal cuando cambian las temperaturas, por lo que cada invierno mueren un gran número de salamandras.
Una especie resolvió este problema. La salamandra gigante (Hynobias llaveserlingii) produce una sustancia química anticongelante en su cuerpo antes de hibernar, por lo que puede sobrevivir a temperaturas tan bajas como -50 grados centígrados. Pueden vivir en ambientes helados durante años, y algunos han permanecido inactivos desde que terminó la última edad de hielo hace 10.000 años.
El mito más persistente sobre las salamandras es que pueden vivir en el fuego y secretar una sustancia en su piel para extinguir los incendios (el nombre original del amianto es "pelusa de salamandra"). Nadie sabe de dónde ni por qué surgió esta frase, pero tienen la peligrosa costumbre de dormir en montones de leña húmedos...
Hay una especie de salamandra que necesita volver a reproducirse en el agua. También son los únicos vertebrados que pueden regenerar la mayoría de los órganos de sus cuerpos, creando nuevas extremidades, médula espinal, corazones, mandíbulas, colas e incluso nuevos cristalinos e iris en sus ojos.
Las células de esta salamandra pueden iniciar el proceso de regeneración. Cuando la parte dañada sana, las células reanudan su función original y regresan a pequeños trozos indiferenciados, llamados gérmenes (de la palabra griega "germen"), a partir de los cuales pueden crecer ramas o tejidos alternativos. Si la enfermedad se traslada a otra parte del cuerpo del ajolote, la parte faltante crecerá fuera de ese lugar.
No sabemos cómo estas células saben qué tipo de tejido quieren producir, pero la investigación del ajolote está más estrechamente relacionada con si el tejido humano puede regenerarse mediante estimulación externa. Además, los tumores malignos parecen crecer de manera similar a las células de los ajolotes, y el trasplante de tejido canceroso a los ajolotes también puede provocar el crecimiento de nuevas ramas, por lo que también pueden proporcionar pistas importantes en la lucha contra el cáncer.