¿Cómo se debe tratar la enteritis viral canina?

Enfermedad por parvovirus canino, también conocida como enteritis viral canina o enteritis hemorrágica. Esta es una enfermedad altamente contagiosa con un alto grado de infección contagiosa en perros. La enfermedad se extiende por casi todo el mundo y prevalece en la mayor parte de nuestro país. Esta enfermedad puede ocurrir durante todo el año, pero es más común en invierno y primavera. Los perros de diferentes edades, géneros y razas pueden infectarse, pero la tasa de mortalidad es alta y, a menudo, causa un gran daño a la industria de la cría de perros.

Reconocer los síntomas

Existen dos manifestaciones clínicas de la enfermedad por parvovirus canino, a saber, tipo enteritis y tipo miocarditis.

El tipo enteritis es más frecuente en cachorros de 3-4 meses. En la etapa inicial de la enfermedad, la temperatura corporal aumenta, el estado mental se deteriora, el paciente no come y se pueden observar vómitos. El vómito comienza con la comida y luego se vuelve amarillo verdoso o viscoso con sangre. La diarrea comienza un día después del inicio de la enfermedad. Cuando comienza la diarrea, las heces son finas y blandas. A medida que avanza la enfermedad, las heces se vuelven marrones o con sangre, como salsa de tomate. Como resultado, la frecuencia de las defecaciones aumentó, la urgencia de orinar era intensa y la sangre tenía un olor especial a pescado. Después de varias horas de deposiciones con sangre, el perro enfermo quedó gravemente deshidratado. Globos oculares hundidos, nariz seca, baja elasticidad de la piel y pérdida de peso significativa. En casos graves de hemorragia intestinal, la acumulación de materia putrefacta en el intestino puede provocar intoxicación y coagulación intravascular diseminada. El perro enfermo quedará en estado de shock y coma y morirá pronto.

La diferencia característica entre la enfermedad por parvovirus enteritidis y otras enfermedades del tracto digestivo es la coexistencia de vómitos y diarrea. Tanto los vómitos como la diarrea son violentos y proyectiles.

La miocarditis es más común en cachorros de 4 a 6 semanas de edad. A menudo se presenta con aparición repentina, disnea, insuficiencia cardíaca y vómitos y diarrea leves. Este tipo de perro suele morir en un corto período de tiempo debido a una aparición repentina y una resistencia débil.

En la actualidad, el kit de diagnóstico de parvovirus canino desarrollado por la Academia de Ciencias Médicas Militares puede utilizarse como base de diagnóstico fiable de la enfermedad. Cuando las condiciones lo permitan, el kit se puede utilizar para diagnosticar la enfermedad. En lugares donde no existen condiciones experimentales, los perros mayores de 0 días que no han sido inmunizados según el programa y cuya dieta no ha cambiado significativamente antes del inicio de la enfermedad desarrollan repentinamente vómitos y diarrea, especialmente perros con olor especial y sangre en las heces, se puede sospechar esta enfermedad.

Causa

El agente causante de esta enfermedad es el parvovirus canino. Este virus existe en todo el mundo. En áreas con una gran cantidad de perros o enfermedades epidémicas, los perros que no han sido vacunados contra el parvovirus canino de acuerdo con los procedimientos pueden infectarse naturalmente o infectarse con la enfermedad cuando las condiciones ambientales se deterioran y los estándares de alimentación y manejo disminuyen, lo que resulta en una disminución en la resistencia del cuerpo a las enfermedades. La enfermedad se transmite por contacto directo e indirecto. La infección a través del tracto digestivo es la principal vía de infección. Hay grandes cantidades de virus en la saliva, la orina y el vómito de los perros enfermos. Una vez que el perro enfermo se recupera, sus heces también pueden desintoxicarse durante mucho tiempo. Por tanto, las secreciones y excrementos de perros enfermos que no han sido tratados estrictamente y los cadáveres de perros muertos son fuentes peligrosas de infección.

Métodos de prevención y tratamiento

Actualmente no existe un tratamiento específico para esta enfermedad. Una vez que un perro muestra síntomas clínicos obvios o se sospecha que tiene la enfermedad, se puede inyectar suero hiperinmune de parvovirus canino o anticuerpos monoclonales por vía intramuscular o subcutánea en una etapa temprana. La dosis es de 2 a 3 ml por kilogramo de peso corporal y se usa de forma continua durante 2 a 3 días para obtener buenos efectos terapéuticos. Los perros enfermos también deben recibir inmediatamente un tratamiento sintomático y de apoyo. Principalmente para complementar el azúcar, reponer agua, detener los vómitos, detener la diarrea, detener el sangrado y usar antibióticos para controlar infecciones secundarias.

La mejor manera de prevenir esta enfermedad es vacunarse. Además, existen medidas para reforzar la gestión de la alimentación y la higiene veterinaria. Desinfectar estrictamente las secreciones, excreciones, cadáveres de perros y el entorno de perros enfermos.