¿Los quistes epidérmicos crecerán cada vez más?

Los quistes epidérmicos son en su mayoría únicos o múltiples, y ocasionalmente coexisten con quistes dermoides asociados con malformaciones o anomalías congénitas, como el seno pilonidal postauricular, la espina bífida, etc. Los quistes epidermoides intracraneales pueden localizarse en el espacio epidural, el espacio subdural, el espacio subaracnoideo, el parénquima cerebral y los ventrículos. Según el origen, se localiza principalmente en el ángulo pontocerebeloso, zona de la silla turca, hemisferio cerebral, ventrículo, zona de la tétrada, cerebelo, etc. Aproximadamente el 25% de los quistes pueden ocurrir en las placas del cráneo o en la columna. Debido a las características biológicas de este quiste, no se limita a un solo lugar, sino que a menudo sobresale de su ubicación original hacia cisternas y surcos cerebrales adyacentes, e incluso penetra profundamente en el parénquima cerebral y crece a lo largo de las fibras nerviosas. Por eso, a veces puede crecer extensamente desde la fosa craneal posterior hasta la fosa craneal anterior.

En ocasiones, los quistes epidérmicos se vuelven malignos y crecen de manera invasiva, incluido el carcinoma epitelial escamoso, y algunos pueden diseminarse ampliamente con el líquido cefalorraquídeo. Al microscopio se pueden observar vegetaciones multilaterales, con núcleos pleomórficos, rodeados de grupos de células necróticas y células estromales escasas, con fibrillas citoplasmáticas. Bajo un microscopio electrónico se puede observar que los núcleos de las plantas tienen diferentes formas y tamaños, y la membrana nuclear es irregular. El citoplasma a menudo contiene haces de filamentos densos en electrones, ocasionalmente incrustados en desmosomas. Estos desmosomas tienen muchos pliegues distintos en la membrana plasmática y ocasionalmente aparecen en haces.

Personalmente se recomienda acudir al médico lo antes posible. Lo mejor es operarse a tiempo para evitar el dolor. .

El quiste epidérmico es un tumor benigno y generalmente se recupera bien después de la cirugía. Si se puede extirpar la mayor parte del tumor, a menudo se produce una recurrencia tardía, que dura años o incluso décadas. La prevención y el tratamiento de las complicaciones postoperatorias es un eslabón clave para reducir las tasas de mortalidad y discapacidad.