¿Cuáles son los síntomas de la neuritis óptica?

La neuritis óptica suele ser difícil de detectar. Los niños no pueden ver con claridad y los padres no deben ser descuidados. La neuritis óptica es una de las enfermedades oculares comunes en los niños. Sus causas están relacionadas principalmente con infecciones. A menudo ocurre después de enfermedades infecciosas como fiebre, sarampión o paperas. Por supuesto, también hay algunos niños que son causados ​​por metástasis de lesiones inflamatorias crónicas o neuromielitis óptica y atrofia óptica hereditaria.

Los síntomas típicos de la neuritis óptica en niños son una disminución brusca de la visión y sensibilidad en el globo ocular. No hay cambios significativos en la apariencia de los globos oculares de los niños. Sólo cuando pierden completamente la visión las pupilas se dilatan. En general, sólo el reflejo de la luz pupilar no es permanente. Por lo tanto, si un niño se queja de visión borrosa o de ojos apagados después de sufrir una enfermedad infecciosa aguda, los padres deben considerar la posibilidad de que tenga neuritis óptica y llevar al niño al médico lo antes posible.

La neuritis óptica se puede dividir en papilitis y neuritis óptica retrobulbar. El primero tiene sensibilidad y visión borrosa, y el diagnóstico se basa principalmente en cambios en el fondo de ojo, en el segundo, excepto por disminución de la visión, el fondo de ojo puede ser completamente normal; En términos generales, la neuritis óptica en niños es principalmente papilitis, mientras que la neuritis retrobulbar es rara. Algunas hemorragias de tumores cerebrales o lesiones quísticas también pueden causar una fuerte disminución de la visión y se confunden fácilmente con la neuritis óptica retrobulbar, por lo que se debe prestar atención al diagnóstico diferencial.

La neuritis óptica puede ocurrir en ambos ojos. Una vez diagnosticada, primero se debe tratar la causa. Siempre que el tratamiento sea oportuno, el método sea apropiado y el curso del tratamiento sea suficiente, la visión pronto volverá a la normalidad después de que la inflamación desaparezca. De lo contrario, puede causar atrofia del nervio óptico y daño permanente a la visión. Por lo tanto, una vez que los padres descubren que sus hijos no pueden ver con claridad, no deben ser descuidados y deben buscar tratamiento médico de un especialista.