La importancia de la poda de la uva

La poda de uvas tiene como objetivo evitar que las uvas consuman tantos nutrientes innecesarios durante la hibernación y retener nutrientes para sentar las bases para el crecimiento y desarrollo de las uvas en el próximo año.

1. Periodo de germinación

Regar las uvas antes de que emerjan del suelo y germinen. En zonas con poca lluvia primaveral, se necesita riego una vez para satisfacer las necesidades de los brotes y las ramas de la uva.

2. Antes y después de la floración

Regar antes y después de la floración cada 10 días. Antes de la floración, combinado con la aplicación de fertilizante favorecedor de la floración, se recomienda utilizar el fertilizante soluble en agua nido de pájaro Ribeli, que es rápidamente absorbido por el sistema radicular, favorece el rápido crecimiento de inflorescencias, ovarios y polen, y tiene un efecto significativo en la mejora de las tasas de polinización y producción de semillas.

3. Etapa de baya

Cuando las bayas crecen hasta el tamaño de la soja, también crecen nuevos brotes con fuerza. En este momento, la temperatura aumenta y aumenta la evaporación del agua de las hojas, por lo que se necesitan con urgencia nutrientes y agua. Por tanto, es necesario combinar la aplicación de fertilizantes fructíferos y el riego con agua fructífera a finales de junio. Cuando llueve poco en esta etapa, se debe regar cada 7-8 días para cubrir las necesidades de nuevos brotes y bayas.

4. Período de expansión de la baya

En la etapa de baya antes de que madure la mazorca, la combinación de riego y fertilización antes de que madure la mazorca puede complementar la escasez de agua en el último período de crecimiento de la mazorca. Uvas y mejorar el rendimiento y la calidad de la uva, promover la maduración de la fruta.

5. Cosecha tardía

Después de cosechar la fruta, se debe regar dos veces antes de la protección contra el frío para aumentar la humedad del suelo, promover el crecimiento y desarrollo de las raíces, humedecer las ramas y las hojas, y impedir el drenaje. En zonas áridas, es necesario pasar el invierno con agua helada y luego secarlas al sol durante 2 a 3 días. Una vez seca la superficie del suelo, enterrarlas para evitar la protección contra el frío y evitar que los cogollos y las hojas se pudran debido al exceso de tierra. humedad.