¿Cómo tratar el síndrome de piernas inquietas? ¿Qué hospital puede curarlo?
La primera opción como tratamiento adyuvante son los fármacos dopaminérgicos como los preparados compuestos de dopa o los agonistas de los receptores de dopa como el pramipexol o el ropinirol. Los preparados combinados de dopa son especialmente útiles para pacientes que se preparan para viajar largas distancias en avión o en coche. Entre el 70% y el 90% de los pacientes responden bien a los agonistas de los receptores de dopa, por lo que suelen ser el fármaco de elección, especialmente para aquellos con una alta frecuencia de convulsiones. Los parches de rotigotina son de liberación lenta y pueden ser una buena opción para los pacientes que experimentan síntomas durante el día o que reaparecen en las primeras horas de la mañana. Los agonistas pueden tener efectos secundarios como náuseas, somnolencia, dolor de cabeza, mareos, hipotensión y edema externo. Algunos pacientes pueden experimentar síntomas de trastornos del control de los impulsos, como juego patológico, compras excesivas e hipersexualidad. Además, fármacos antiepilépticos como gabapentina, carbamazepina, pregabalina, etc. Tiene ciertos efectos en algunos pacientes, especialmente cuando los medicamentos dopaminérgicos son ineficaces, ineficaces o tienen efectos secundarios insoportables. Otros fármacos, como hidroxidiazepam, clonazepam, zolpidem, etc., tienen ciertos efectos en algunos pacientes. Para los pacientes con síndrome de piernas inquietas secundario, se debe tratar primero la afección primaria. Los síntomas de un paciente pueden desaparecer a medida que se elimina la causa. Como trasplante de riñón para pacientes con uremia, tratamiento con hierro para pacientes con anemia por deficiencia de hierro, suplementación con ácido fólico para pacientes con deficiencia de ácido fólico, etc. Para algunos pacientes gravemente refractarios, se pueden utilizar opioides como codeína, hidrocodona, metadona, oxicodona, tramadol y otros fármacos. Los pacientes que no responden a los agonistas del receptor de dopa tienen mejores efectos. En algunos pacientes pueden producirse estreñimiento, retención urinaria, somnolencia y cambios cognitivos. En raras ocasiones, puede causar depresión respiratoria y grandes dosis de opioides con vidas medias cortas pueden provocar dependencia de drogas.