Un breve artículo que me acompañará de forma segura durante todo el viaje.
Recuerdo una noche que mi padre acababa de terminar de beber y estaba a punto de regresar en moto a casa. Mi madre y yo íbamos sentados en la moto que conducía mi padre. Mientras conducía, un automóvil pasó y había un agujero frente a él. Como mi padre conducía demasiado rápido, se detuvo de repente. En ese momento, mi padre abrió el grifo y el auto cayó al suelo. Estaba aterrorizado en ese momento. Esto estaba relacionado con la seguridad de nuestra familia. Afortunadamente, esta vez no pasó nada grave, excepto que mi padre y yo teníamos un poco de piel en la frente y mi madre se torció los tobillos. Pero también me dio una gran inspiración y me hizo comprender que no puedo conducir después de beber. Si cometiera un pequeño error, podría perder la vida.
Niños, cuando estemos jugando no debemos acercarnos al arcén de la carretera, ya que esto puede provocar accidentes de tráfico. Hay tal cosa en mi mente.
Es una mañana soleada. Un estudiante de cuarto grado jugaba al volante al costado de la carretera. El bádminton cayó en medio de la carretera. Ella corrió y lo recogió. Justo cuando se estaba divirtiendo, un camión se le acercó y la atropelló sin piedad. En ese breve momento, perdió su preciosa vida. Se puede imaginar que ahora está en cuarto grado y sus padres la criaron con sus propios esfuerzos, pero al final logró este resultado. ¿Crees que este es el destino de una persona? No, no es lo que piensas. El destino trata a todos por igual, depende de cómo lo afrontes y lo aprecies. La seguridad del tráfico es demasiado importante para nosotros. Como estudiante que está a punto de graduarse de la escuela primaria, quiero decirles a todos que mientras todos cumplamos con las reglas de tránsito y aprendamos conocimientos relacionados con el tránsito, esos lamentables accidentes definitivamente desaparecerán uno por uno.
La seguridad vial no es de una persona, sino de todos. Nos dice que debemos aprender y obedecer las reglas de tránsito para poder ir felices a la escuela y regresar a casa sanos y salvos. La vida es corta, una vez que se va nunca volverá. Es como una pequeña concha que nada de un lado a otro en el mar, y siempre habrá algunos baches y baches en el camino. Debemos hacer sonar la alarma sobre la seguridad vial, recordar siempre las lecciones de la sangre, aprender todos los conocimientos sobre el tránsito, respetar las reglas de tránsito, crear conciencia sobre la seguridad vial y dejar que el árbol de la vida se mantenga erguido.