¡Acerca del SIDA!
Manifestaciones clínicas
En China, la infección por VIH se divide en etapa aguda, etapa asintomática y etapa de SIDA.
(1) Fase aguda: suele aparecer entre 2 y 4 semanas después de la primera infección por VIH. Las principales manifestaciones clínicas son fiebre, dolor de garganta, sudores nocturnos, náuseas, vómitos, diarrea, erupción cutánea, dolor articular, linfadenopatía y síntomas neurológicos. La mayoría de los pacientes tienen síntomas clínicos leves y se resolverán después de 1 a 3 semanas. Durante esta etapa, el ARN del VIH y el antígeno P24 se pueden detectar en la sangre, mientras que los anticuerpos contra el VIH sólo aparecen varias semanas después de la infección. El recuento de linfocitos T CD4+ disminuye temporalmente y la relación CD4/CD8 puede revertirse.
(2) Período asintomático
Puede ingresar a esta etapa desde la etapa aguda, o puede ingresar a esta etapa directamente sin síntomas agudos obvios.
La duración de este periodo es generalmente de 6-8 años. Pero hay quienes logran avances rápidos y hay quienes no logran avances durante mucho tiempo. La duración de este período está relacionada con factores como la cantidad, el tipo, la ruta de infección y el estado inmunológico.
㈢Período del SIDA
Esta es la etapa final después de la infección por VIH. El recuento de linfocitos T CD4+ del paciente disminuyó significativamente y la mayoría de ellos
Síntomas relacionados con el VIH: fiebre, sudores nocturnos y diarrea que duraron más de un mes; pérdida de peso superior al 10%; Algunos pacientes presentan síntomas neuropsiquiátricos como pérdida de memoria, apatía, cambios de personalidad, dolores de cabeza, epilepsia y demencia. Además, puede producirse linfadenopatía sistémica persistente, que se manifiesta como ①. Linfadenopatía en dos o más localizaciones distintas de la ingle; ② El diámetro de los ganglios linfáticos es ≥ 1 cm, sin sensibilidad ni adherencias. ③ La duración supera los 3 meses.
Síntomas comunes de infecciones oportunistas y tumores relacionados con el VIH: fiebre, sudores nocturnos, linfadenopatía, tos, producción de esputo, hemoptisis, disnea, dolor de cabeza, vómitos, dolor abdominal, diarrea, hemorragia gastrointestinal y dificultades para tragar. pérdida de apetito, úlceras y manchas blancas en la boca, erupciones cutáneas diversas, pérdida de visión, ceguera, demencia, epilepsia, parálisis de las extremidades, pérdida de peso, anemia, incontinencia urinaria, retención urinaria, obstrucción intestinal, etc. [2]
Infecciones oportunistas comunes
Sistema respiratorio: Neumonía por Pneumocystis carinii (PCP), tuberculosis, neumonía bacteriana y fúngica recurrente.
Sistema nervioso central: meningitis criptocócica, meningitis tuberculosa, encefalopatía toxoplásmica, meningoencefalitis víricas diversas.
Aparato digestivo: Esofagitis por Candida albicans, Esofagitis por citomegalovirus, Enteritis por Salmonella, Shigella, Campylobacter jejuni y Enteritis por Cryptosporidium.
Cavidad bucal: aftas bucales, manchas blancas peludas en lengua, úlceras bucales recurrentes, gingivitis, etc.
Piel y ganglios linfáticos: herpes zóster, molusco contagioso, condiloma acuminado, dermatitis fúngica, onicomicosis, tuberculosis ganglionar.
Ojo: Retinitis por Citomegalovirus y Toxoplasma.
Tumores comunes: cáncer de cuello uterino, linfoma maligno, sarcoma de Kaposi, etc.