¿Qué es la hemólisis?

La hemólisis, conocida como hemólisis o hemólisis, es la ruptura (disolución) de los glóbulos rojos y la liberación de su contenido (citoplasma) al líquido circundante (como el plasma). Clínicamente, la hemólisis puede ocurrir in vivo o in vitro. Las hemolisinas alteran la membrana plasmática del huésped, provocando la lisis y muerte celular. Entonces, ¿qué es exactamente la hemólisis? ¿Cómo se debe diagnosticar y tratar la hemólisis?

1. ¿Qué es la hemólisis?

La sangre humana tiene cuatro componentes principales: glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma. La hemólisis afecta a los glóbulos rojos y los destruye antes de que alcancen su vida útil típica. Después de la muerte, el bazo los elimina de la sangre circulante y los reemplaza por nuevos glóbulos rojos producidos en la médula ósea. Sin embargo, si los glóbulos rojos se destruyen más rápido de lo que pueden reemplazarse, puede producirse un desequilibrio. Cuando los glóbulos rojos se rompen, la hemoglobina (la parte que transporta el oxígeno) se libera al resto de la sangre, lo que reduce la cantidad de oxígeno que recibe el cuerpo.

Cuando se produce hemólisis y provoca un desequilibrio de los glóbulos rojos, se denomina anemia hemolítica, y existen dos tipos. La primera es la anemia hemolítica intrínseca. La producción corporal de estos glóbulos rojos es defectuosa, generalmente debido a un trastorno genético. El segundo tipo se llama anemia hemolítica extrínseca. El bazo destruye los glóbulos rojos sanos o es destruido por tumores, enfermedades autoinmunes, medicamentos, leucemia o linfoma.

Dos. Diagnóstico y tratamiento de la hemólisis

Generalmente, la hemólisis se puede diagnosticar analizando una muestra de sangre. Contar cada componente puede indicarle a su médico si existe un desequilibrio entre los glóbulos rojos nuevos y viejos. Los glóbulos rojos nuevos se llaman reticulocitos y la proporción entre glóbulos rojos viejos y nuevos es un signo de confusión. Además, puede ser necesaria una biopsia de médula ósea (tomar una muestra de la médula ósea y analizarla en busca de anomalías).

En términos de tratamiento, el tratamiento para la hemólisis depende de la causa subyacente y las transfusiones de sangre, las inyecciones de corticosteroides o las infusiones de inmunoglobulinas pueden ser útiles. Si hay un problema con el bazo, es posible que sea necesaria una cirugía para extirparlo.

En definitiva, la hemólisis es causada por trastornos sanguíneos, toxinas o infecciones en el organismo. Las personas con hemólisis suelen tener la piel pálida, sentirse cansadas, débiles, tener fiebre y mostrar signos de confusión, mareos o vértigo. Si no se trata, la hemólisis puede provocar trombosis, lo que puede provocar la aparición de enfermedades como enfermedad renal crónica, hipertensión pulmonar, daño a órganos, etc. Por lo tanto, cuando se presentan síntomas de hemólisis, se debe buscar tratamiento médico a tiempo.