Red de conocimientos sobre prescripción popular - Colección de remedios caseros - ¿Cuánto tiempo lleva dejar realmente de lado el dolor?

¿Cuánto tiempo lleva dejar realmente de lado el dolor?

Dejar ir el dolor no depende del tiempo, sino de si lo dejas ir. Las personas que han experimentado un trauma psicológico no comprenden que están contaminando voluntariamente el momento presente. No se dieron cuenta de que esto se había convertido en un hábito. Siguen contando esas historias, pensando en sus experiencias una y otra vez o mirando hacia el pasado. Pero lo que no se dan cuenta es que al hacerlo están alimentando sus heridas.

Por supuesto, este argumento no culpa a la víctima. Lo que intento decir es que aunque causó dolor, sólo ocurrió una vez. Si sigues pensando en ello, contando historias sobre ello y contándoselo a la gente, te estás haciendo un daño enorme. Al hacer esto, le estás diciendo al universo: "Quiero más de esa experiencia" y te aseguras de que tu futuro tendrá la misma frecuencia vibratoria.

Entonces, ¿cómo se aprende a dejarse llevar? Lo que necesitamos no es cantidad de tiempo, sino aprender a contentarnos con el presente. El tú actual es un X desconocido, un tú nuevo, un tú con creatividad ilimitada. Si te sientes en paz en este momento, entonces no te pasa nada, absolutamente nada malo. Por supuesto, tu mente no lo admitirá. Sin embargo, es verdad. Si este momento está frenando el pasado, entonces solo necesitas vivir el presente, como mirar una película, reproducir algunas imágenes.

Solo estando satisfecho con el presente podrás sanar verdaderamente tu dolor y deshacerte del pasado. De esta manera, tu crecimiento será vertical en lugar de no lineal, tu vida será cada vez más fácil y experimentarás cada vez más alegría. El juego es algo mágico. Cuando lo utilicemos pensaremos que lo que vemos es lo más fiable, correcto e impecable. ¿Por qué sucede esto? Porque no importa qué creencia tengamos, no importa dónde miremos, veremos una situación coincidente y veremos lo que queremos ver. Así es como el mundo refleja honestamente nuestra fe.