¿Qué es el hemangioma hepático?

El hemangioma hepático es un tumor benigno común del hígado que puede ocurrir a cualquier edad, pero a menudo ocurre en adultos, principalmente mujeres. El hemangioma hepático es el tumor benigno más común del hígado. La mayoría de los casos se pueden diagnosticar antes de la cirugía. La mayoría son asintomáticos y algunos desarrollan molestias hepáticas debido a los tumores grandes. Si tiende a empeorar o se localiza debajo de la cápsula hepática, puede causar un sangrado masivo y poner en peligro la vida, por lo que se requiere un tratamiento temprano. Los tumores se pueden encontrar en cualquier parte del hígado y, a menudo, se encuentran debajo de la cápsula. En su mayoría son únicos (alrededor del 10% son múltiples). El diámetro del tumor suele ser inferior a 4 cm, pero también puede ser tan pequeño como unos pocos. mm, pudiendo en algunos casos alcanzar los 30cm. La superficie del tumor es de color rojo oscuro o violeta, con una cápsula en el exterior. La superficie cortada es esponjosa y, a veces, es un hemangioma. Bajo el microscopio, el hemangioma es una red vascular con células endoteliales planas de diferentes tamaños en la pared interna, que contienen glóbulos rojos y, a veces, se pueden ver trombos frescos organizados. El tumor está claramente delimitado del tejido circundante.

Para el hemangioma hepático, la inmunoterapia biológica es más eficaz. La inmunoterapia biológica es un nuevo modelo de tratamiento de tumores con una eficacia significativa y un nuevo método de tratamiento para los cánceres autoinmunes. Utiliza biotecnología y agentes biológicos para cultivar y amplificar las células inmunes recolectadas del paciente in vitro y luego inyectarlas nuevamente en el paciente para estimular y mejorar la función inmune del cuerpo, logrando así el propósito de tratar tumores. La terapia biológica tumoral (inmunoterapia antitumoral específica) es la cuarta tecnología de tratamiento de tumores más importante después de la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.

La terapia biológica no funciona para matar todas las células cancerosas, sino porque cuando la carga de células cancerosas se reduce significativamente, la función inmune del cuerpo se recupera, eliminando pequeñas lesiones residuales o inhibiendo significativamente la proliferación de enfermedades residuales. Las células cancerosas logran el propósito de tratar el cáncer. La inmunoterapia contra el cáncer utiliza la intervención humana para movilizar el propio sistema inmunológico del cuerpo para matar las células cancerosas e inhibir su proliferación.