¿Qué es la enfermedad hepática activa?

Los tumores en el hígado no son una enfermedad hepática activa.

La hepatitis crónica activa del virus de la hepatitis B, denominada hepatitis B crónica activa, tiene síntomas clínicos más evidentes que la hepatitis persistente. Los síntomas principales incluyen una disminución gradual de la capacidad de trabajo, fatiga, anorexia, aversión a los alimentos grasosos, distensión abdominal persistente y evidente, sangrado frecuente de las encías y hemorragias nasales. Algunos pacientes suelen sufrir febrícula, trastornos menstruales, disfunción o deterioro sexual, y algunos pacientes sufren daños extrahepáticos como artritis, nefritis, diabetes, síndrome de Sjögren, etc.