Hola, ¿qué tipo de hemangioma es este?

Los angiosarcomas representan del 1 al 2% de los tumores vasculares. Los angiosarcomas de tejido profundo son extremadamente raros y representan menos del 1% de todos los sarcomas. Puede ocurrir en todos los grupos de edad, con tasas de incidencia similares en hombres y mujeres. Los sitios más comunes son la piel de la cabeza y la cara, los senos y los músculos profundos del muslo, seguidos del retroperitoneo, la piel del tronco y las extremidades. Este tipo de tumor es altamente maligno y a menudo puede hacer metástasis en el hígado, los pulmones y los huesos a través de la circulación sanguínea en la etapa inicial, y puede hacer metástasis en los ganglios linfáticos en el área de drenaje a través de los ganglios linfáticos. Puede causar fácilmente linfedema crónico.

Clínicamente, los angiosarcomas son en su mayoría masas de tejido blando que aumentan gradualmente de tamaño, crecen rápidamente y son propensas a sangrar. Un tercio de los pacientes presenta otros síntomas, como anomalías de la coagulación, anemia, hematoma persistente y equimosis. La insuficiencia cardíaca de alto gasto puede ocurrir en pacientes muy jóvenes debido a una derivación arteriovenosa o incluso a una hemorragia masiva.

Puede ocurrir a cualquier edad, la mayoría ocurre en adultos y algunos son congénitos. Ocurre principalmente en la piel, tejido subcutáneo, tejido muscular y óseo, pudiendo ocurrir también en la cavidad bucal, mediastino y retroperitoneo. Es frecuente en las extremidades, especialmente en los inferiores, seguida del tronco, cabeza y cuello. Generalmente son pelos únicos, de tamaño variable, de 1 a 4 cm de diámetro, duros, nodulares o en forma de placas, con piel normal en la superficie y ocasionalmente varices o telangiectasias. A veces benigno. Los límites son claros y el crecimiento es lento. Sin embargo, los pacientes malignos crecen rápidamente, son altamente invasivos y algunos forman metástasis, y los pulmones son los más susceptibles a verse afectados. En algunos casos, los tumores de piel desarrollan metástasis años después de su extirpación. Su recorrido puede ser a través de los vasos linfáticos o del torrente sanguíneo.