¿Qué enfermedades no son aptas para volar?

Para los pacientes epilépticos y diversos enfermos mentales, la atmósfera de la aviación puede provocar fácilmente ataques agudos de la enfermedad y no deberían volar.

La hipoxia leve en el aire en pacientes con enfermedades cardiovasculares puede provocar una recaída o un empeoramiento de la afección, especialmente en pacientes con insuficiencia cardíaca, hipoxia miocárdica, infarto de miocardio e hipertensión grave. Generalmente se considera inadecuado para volar.

Los pacientes con enfermedad cerebrovascular, embolia cerebral, hemorragia cerebral y tumores cerebrales empeorarán su condición debido al rugido, la vibración y la falta de oxígeno durante el despegue y el aterrizaje. No se permite volar.

Si pacientes con enfermedades respiratorias, como enfisema, cor pulmonale, etc., desarrollan neumotórax o cañón pulmonar por incompatibilidad con el medio ambiente, éste puede verse agravado por la expansión del gas durante el vuelo.

Los pacientes que han sido sometidos a una cirugía gastrointestinal no pueden volar durante diez días después de la cirugía. Los pacientes con hemorragia gastrointestinal sólo pueden volar tres semanas después de que cese la hemorragia.

Los pacientes con anemia grave no deben volar.

Los pacientes con enfermedades otorrinolaringológicas e inflamación exudativa aguda, así como los pacientes que han sido sometidos recientemente a una cirugía del oído medio, no deben viajar en avión.

Debido a los cambios en la presión del aire, las mujeres embarazadas que se acercan al momento del parto pueden provocar que el feto nazca prematuramente.