¿Qué es el trastorno bipolar?

El trastorno bipolar, también conocido como "depresión maníaca", es un trastorno mental en el que la manía y la depresión alternan entre episodios de estados de ánimo soleados y nublados. En el Manual Estadounidense de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales (quinta edición, en adelante DSM-V), el trastorno bipolar se clasifica en la categoría de "trastornos bipolares y relacionados" y se subdivide en: Bipolar I, Trastorno bipolar II, bipolar II. trastorno bipolar, bajo esta categoría también se incluyen ciclotimia, trastornos bipolares y relacionados inducidos por sustancias/drogas, trastornos bipolares y relacionados debidos a otras enfermedades físicas, y otros trastornos bipolares y relacionados específicos, trastornos bipolares y relacionados no especificados. Comúnmente conocido como trastorno bipolar, incluido el trastorno bipolar I y el trastorno bipolar II.

¿Cuáles son las manifestaciones clínicas del trastorno bipolar?

Todo el mundo tiene emociones, pero en los pacientes con trastorno bipolar, algunas de sus emociones se amplifican, lo que conduce a una enfermedad mental. Para comprender el trastorno bipolar, primero debemos aclarar los siguientes conceptos:

Manía: las principales manifestaciones de la manía son los "tres máximos", es decir, estado de ánimo elevado, pensamientos acelerados y aumento de la actividad. El paciente se siente relajado, feliz, rápido de pensar, enérgico y como si estuviera en el cielo. El criterio del DSM-V para los síntomas maníacos es que duren al menos una semana y estén presentes la mayor parte del día.

Hipomanía: Las manifestaciones clínicas de la hipomanía son más leves que las de la manía, y su curso, gravedad y nivel de deterioro de las funciones sociales aún no han alcanzado los criterios diagnósticos de manía. El criterio del DSM-V para los síntomas hipomaníacos es que duren al menos 4 días y estén presentes la mayor parte del día.

Depresión grave: en comparación con la manía, los principales síntomas de la depresión son los "tres bajos", es decir, mal humor, pensamiento lento y actividad reducida. Los pacientes a menudo tienen sentimientos de inutilidad, impotencia y desesperanza, falta de interés en cualquier actividad y no pueden obtener experiencias placenteras de ellas, como si vivieran en el infierno. El criterio del DSM-V para los síntomas depresivos graves es que persistan durante al menos dos semanas y se produzcan la mayor parte del día.