¿Qué es la preeclampsia?

La preeclampsia y la eclampsia son síndromes hipertensivos graves. Tiene los síntomas y signos del síndrome de hipertensión moderada inducida por el embarazo, así como algunos síntomas subjetivos, como dolor de cabeza, mareos, vómitos, malestar abdominal superior, vértigo y discapacidad visual, lo que se denomina preeclampsia. La presión arterial puede aumentar repentinamente, alrededor de 21,3/14,6 kPa (160/110 mmHg) o la proteína en la orina, y el edema también puede aumentar significativamente. En este caso, si no se trata a tiempo, la eclampsia puede desarrollarse en un corto período de tiempo.

La eclampsia es la forma más grave de hipertensión inducida por el embarazo. Es decir, los síntomas de convulsiones y coma aparecen al mismo tiempo que los síntomas de preeclampsia. Las convulsiones son paroxísticas y se detienen después de 1 a 2 minutos. Después de las convulsiones, el paciente está en coma. El número de convulsiones y la duración del coma están limitados por la gravedad de la afección. En términos generales, son directamente proporcionales a la gravedad de la afección.

La preeclampsia y la eclampsia son enfermedades muy graves, que pueden tener complicaciones graves, como insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, hemorragia cerebral, insuficiencia placentaria e incluso parto prematuro y muerte fetal. Por lo tanto, toda mujer embarazada debe prevenir el síndrome de hipertensión inducida por el embarazo, y aquellas que ya tienen hipertensión inducida por el embarazo deben prevenir y tratar activamente la preeclampsia y la eclampsia.

El primero es el diagnóstico precoz. Esto requiere que las mujeres embarazadas realicen controles prenatales de forma activa y proactiva. Deben medirse la presión arterial una vez al comienzo del embarazo para comprender su presión arterial básica. Deben realizarse controles prenatales periódicos dentro de los 3 meses posteriores al embarazo y prestar mucha atención a la sangre. cambios en la presión, el edema, el peso y las proteínas en la orina. Si se encuentran signos de síndrome de hipertensión inducida por el embarazo, incluso si no se diagnostican, se deben tratar temprano para reducir la incidencia de eclampsia y preeclampsia.

Para aquellas a quienes se les ha diagnosticado síndrome de hipertensión inducida por el embarazo, además del tratamiento activo, también deben ser monitoreadas. Lo mejor es ser hospitalizadas para recibir tratamiento y seguimiento, y prestar mucha atención a si existe. Hay síntomas como presión arterial alta, edema, dolor de cabeza y mareos. El paciente debe permanecer en cama y evitar la estimulación con luces brillantes y sonidos agudos. Reducir adecuadamente el consumo de sal para mantener la estabilidad mental y prevenir cambios de humor.

También se puede preparar con la medicina tradicional china, pero se debe prestar atención a la dosificación de la medicina tradicional china, y también se pueden utilizar sedantes adecuados.