Buenas palabras y frases del cuento de Peter Rabbit
Peter finalmente pudo sentarse y descansar. Todavía estaba temblando y jadeando por el shock de hace un momento, y ahora no sabía qué hacer. Como acababa de estar escondido en el frasco, estaba completamente empapado.
Peter le preguntó direcciones en la puerta, pero ella tenía un guisante grande metido en la boca y no podía decir nada. Sólo pudo negar con la cabeza hacia Peter, que empezó a llorar de nuevo.
En ese momento, un pequeño gato blanco estaba observando unos peces de colores junto al agua. Ella había estado sentada en silencio, con sólo la punta de su cola moviéndose de vez en cuando, como si la cola misma fuera un animal vivo. Peter decidió que sería mejor irse inmediatamente. No quería tener nada que ver con el gato porque hacía mucho tiempo que había oído historias sobre estos gatos de boca de su primo Benjamín Bonny.