¿A qué suelen prestar atención los radiólogos para minimizar el daño?
1. Proporcionar un suministro adecuado de nutrientes
Un suministro inadecuado o deficiente de nutrientes puede aumentar la sensibilidad del cuerpo a la radiación y afectar la prevención y el tratamiento del daño por radiación. Para garantizar una nutrición adecuada a los trabajadores bajo radiación, algunas personas en nuestro país han propuesto que el suministro diario de nutrientes para los trabajadores bajo radiación sea el siguiente: calorías 2400 kcal - 2600 kcal (10,04 MJ - 10,88 MJ), de los cuales los carbohidratos representan el 60 -70% de las calorías; la grasa representa el 20% y el 25%; la proteína representa entre 70 y 90 g por día. La vitamina A aporta 1.000 microgramos de equivalente de retinol cada día, el 50% de los cuales debe provenir de alimentos y aceites de origen animal; vitamina D 325 microgramos - 50 microgramos; vitamina E 5 mg - 10 mg de vitamina K - 150 microgramos; mg; vitamina B22,0 mg-2,2 mg; vitamina C100 mg-120 mg; niacina 20 mg; ácido fólico 15 mg-18 mg; ; Zinc 15 mg; Yodo 130 microgramos - 140 microgramos.
2. Proporcionar alimentos protectores
Además de los alimentos básicos, puedes elegir huevos, lácteos, hígado, carnes magras, soja y sus productos, repollo, zanahorias, algas marinas, alimentos como cítricos y té.
3. Incrementar las comidas protectoras
Las comidas protectoras existentes para los trabajadores radiológicos se proporcionan en el desayuno o el almuerzo. Una comida protectora consiste en alimentos básicos, carne, pescado, hígado, huevos, leche, yogur, compuestos de repollo, patatas, tomates, frutas frescas y aceites animales y vegetales.