El mundo de ayer: el trasfondo creativo de las memorias de un europeo
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Zweig, un judío, se vio obligado a vivir exiliado en Brasil. A diferencia de Europa y Asia devastadas por la guerra, América del Sur en ese momento mantenía un ambiente relativamente pacífico.
Después de completar "Brasil" en la primera mitad de 1941, Zweig dedicó todas sus energías a escribir su autobiografía.
A mediados del verano se mudó a Ossining, Nueva York, primero porque Frederick se había mudado aquí unas semanas antes. Para escribir su autobiografía, necesitaba discutir a menudo con Frederick, buscar su opinión y, a menudo, recordar el pasado con ella. Iba a menudo al apartamento de Federico, lo que despertaba en él infinitos sentimientos. Una vez le confesó desesperadamente que realmente quería quedarse con ella y no volver a dejarla nunca más. Pero ya era demasiado tarde, no había salida.
Un amigo descubrió que en esta época Zweig estaba sumamente interesado en diversos venenos, sus dosis letales y la psicología de los últimos momentos antes de la muerte. En una carta a Paul Cheich, habló sobre los suicidios de los dos escritores Weiss y Hasenclever: "Han perdido la paciencia. ¿Podemos culparlos por esto, culparlos por la traición? Nunca lo haré". de simpatía por estos escritores que perdieron la paciencia y lamentablemente se suicidaron. Quizás él mismo pronto pierda la paciencia, pero por ahora está ocupado escribiendo su autobiografía. El verano que pasó aquí este año fue un mes de intenso trabajo. Día tras día, trabajando nueve horas al día, era como si Zweig corriera contra el tiempo, ansioso por completar el manuscrito en un día determinado. Lotte hizo todo lo posible por seguirle el ritmo y Alex también ayudó a escribir. El manuscrito avanzó rápidamente. A finales de julio de 1941, la autobiografía estaba prácticamente terminada.
En cuanto a la intención de escribir este libro, Zweig dijo al comienzo del "Prefacio": "Nunca me he considerado tan importante como para obsesionarme con contar a los demás mi vida y mi historia. Simplemente porque antes de reunir el coraje para empezar a escribir este libro sobre mí como protagonista -o más bien sobre mí como centro- han sucedido muchas, muchas cosas que superan con creces los acontecimientos que cualquier generación anterior ha experimentado, desastres y pruebas".