Cuando una hembra de simio solitaria en Japón da a luz a un bebé, ¿hay partenogénesis?
La partenogénesis en la naturaleza, la gran mayoría de los animales dependen de la combinación de macho y hembra para reproducirse, y es difícil que una sola hembra dé a luz cachorros. Pero la naturaleza es tan maravillosa. Algunos animales son propensos al genocidio en circunstancias especiales. Para sobrevivir y reproducirse, ¿muchos animales han evolucionado? ¿Partenogénesis? En otras palabras, en ausencia de animales machos, las hembras pueden quedar preñadas y dar a luz a bebés por sí mismas mientras viven solas durante mucho tiempo. Esta capacidad proporciona una fuerte garantía para mantener la reproducción de su especie. Incluso en ausencia de machos, las hembras pueden completar la tarea de reproducirse.
Dragón de Komodo Hablando de partenogénesis, el animal más típico es el dragón de Komodo. El dragón de Komodo es una criatura antigua conocida como fósil viviente. Se dice que existió en la era de los dinosaurios, por lo que se parece a los dinosaurios, ¿y qué más? ¿Dragón de Komodo? Apodo. Este lagarto monitor se encuentra principalmente en la isla indonesia de Komodo. Actualmente hay más de 6.000 dragones de Komodo adultos, de entre dos y tres metros de largo cada uno, que son peligrosos para las personas y otros animales. Durante largos períodos solitarios, las hembras de esta especie pueden reproducirse de forma partenogénica. Reemplazará el espermatozoide masculino con un gameto en su propio cuerpo y luego podrá concebir y dar a luz a un bebé. Es precisamente gracias a esta habilidad que el dragón de Komodo ha podido reproducirse hasta el día de hoy y durar miles de años.
Basándose en el conocimiento científico, el criador concluyó que debía haber un motivo para el nacimiento de la cría de simio, por lo que inició una investigación. Sabían que aunque la hembra vivía sola, había cuatro simios machos viviendo en jaulas a los lados izquierdo y derecho de ella. Sin embargo, la malla de la jaula de hierro era muy delgada y el diámetro de los agujeros de la malla era de solo un centímetro. Era imposible lograr la cooperación a través de la jaula de hierro. El personal continuó inspeccionando y descubrió que había algunos pequeños agujeros redondos corroídos por el sol y la lluvia en las placas de hierro fijas entre las jaulas de hierro. Estos agujeros redondos fueron agrandados por las manos del simio. Sólo entonces supieron que el simio macho que estaba a su lado debía ser el padre del pequeño simio.