Las 400 palabras del diario deberían ser ciertas.
Nada más entrar, vi que el mercado de verduras estaba muy concurrido. Había de todo, sandía, repollo, rábano, tomate... Había una variedad deslumbrante de cosas, que atraían a innumerables personas. Los vendedores alzan la voz para atraer clientes.
¡A primera vista, es simplemente impactante! Hay tantos tipos de verduras, frescas y tiernas, como una pequeña cuchara verde; la berenjena está cubierta de una túnica morada, como una linda muñequita, mira el gran melón de invierno, que parece un melón de invierno pequeño y regordete, y esos; lindos pimientos... .
Mi madre y yo llegamos a la marisquería y vimos al cangrejo agitando unas pinzas grandes, como diciendo: "Soy el rey de todos los mariscos. El que se atreva que se acerque a mí, que me pruebe. ¡Es increíble! Los camarones saltan en el agua, como un grupo de pulgas inquietas. También vi una carpa grande saltando fuera del agua como un buceador, haciendo un "salto de carpa sobre la puerta del dragón".
Luego llegamos al lugar donde se vendían frutas y vimos manzanas rojas, peras amarillas, uvas de color violeta brillante y plátanos de color amarillo brillante...
Mi madre me llevó hacia la izquierda. Gire a la derecha y gire, compre esto, quiera comprar aquello, compre esto, quiera comprar aquello, ocupado sin parar. Finalmente compramos manzanas, uvas y gambas... Nos volvimos a casa felices y llenos de verduras.