La primavera tiene sueño, el otoño está cansado y el verano duerme. Siguiente frase.
La primavera tiene sueño, el otoño es aburrido y el verano toma una siesta. La siguiente frase es el invierno sin dormir en marzo, que es un proverbio popular.
Esto refleja la respuesta fisiológica del cuerpo humano en las diferentes estaciones. También es muy fácil de entender según el significado literal: la somnolencia primaveral las personas son muy propensas a tener somnolencia. La fatiga otoñal significa que las personas tienden a cansarse fácilmente cuando el clima se vuelve más fresco en otoño.
Siesta de verano, es muy fácil conciliar el sueño en el caluroso verano. En marzo, cuando no puedes despertarte, es muy fácil quedarte en la cama durante los fríos meses de invierno. En definitiva, la gente quiere dormir todo el año. Pero éste también es un fenómeno fisiológico muy normal.
Ajusta tu cuerpo adecuadamente:
1. Trabajo estable y descanso.
La primera es acostarse temprano y levantarse temprano. Los adultos deben asegurarse de dormir unas 7 horas al día, al mismo tiempo, recuerde abrir algunas ventanas al dormir para mantener la circulación del aire. para no afectar el ánimo del día siguiente y además no provocará somnolencia primaveral.
El segundo es la pausa para el almuerzo. Una mañana ocupada hará que tu cerebro se aburra. Dormir media hora durante la pausa para el almuerzo mejorará significativamente tu eficiencia en el trabajo por la tarde y, al mismo tiempo, podrás recuperarte. deshazte de la somnolencia primaveral y vete.
2. Estimulación de los cinco sentidos.
Estimulación visual: Desplaza con frecuencia la mirada para ver cosas nuevas o árboles, flores y plantas a tu alrededor para aumentar la excitación visual. Estimulación auditiva: escuche música con grandes cambios de melodía y rico encanto.
Estimulación olfativa: Puedes oler el aceite esencial y el aceite refrescante para disipar la somnolencia y animarte. Estimulación táctil: lavarse las manos y los pies con agua fría o limpiarse la cara con una toalla fría y prestar atención a reducir gradualmente la ropa a medida que aumenta la temperatura para controlar la relajación de los nervios periféricos.