Reducir el estrés y perder peso

Liang Xiao es un joven policía de la comisaría de base, responsable de casi un tercio del trabajo policial de toda la comisaría. El momento más exagerado fue cuando intentó ir a la comisaría cada hora una noche y estuvo ocupado hasta el amanecer. También tuvo que ir al centro de detención para ser interrogado y prepararse para el arresto del caso en cuestión.

Al principio, Liang Xiao pensó que no era nada. Cuando tenía sueño, bebía té y fumaba más cigarrillos. Pero a medida que pasó el tiempo, descubrí que le resultaba difícil conciliar el sueño, la calidad de su sueño no era buena y estaba muy nervioso. Sabía que estaba bajo demasiada presión, por lo que su jefe le pidió que consultara a un consejero psicológico en la oficina. Se resistió un poco, pero fue de todos modos. Inesperadamente, la "receta" que le recetó el consejero psicológico fue correr media hora todos los días durante tres meses consecutivos.

Liang Xiao se mostró escéptica, pero lo hizo de todos modos. Entonces, con su perseverancia, su cuerpo con sobrepeso comenzó a fortalecerse, la calidad de su sueño mejoró gradualmente y su estado mental general mejoró.

El consejero psicológico de Liang Xiao le explicó que caminar o correr es la forma más sencilla y eficaz de reducir el estrés, algo que muchas personas quizás no crean.

¿Cómo es posible que sólo porque una persona abre las piernas se alivie su presión?

Sin embargo, las investigaciones científicas del cerebro han descubierto que cada paso que das es bueno para tu cerebro. Para ver resultados, haga ejercicio durante al menos 30 minutos cada vez, preferiblemente al menos tres veces por semana.

Esto se debe a que nuestros cuerpos están acostumbrados a apoyar al cerebro, y el ejercicio hará que el cerebro tenga más energía.

¿Qué tiene esto que ver con el estrés?

Primero debemos entender cómo se produce el estrés en nuestro cerebro.

Nuestro cerebro tiene un dispositivo de alarma llamado amígdala. Una vez que la amígdala detecta algo que percibe como una amenaza para sí misma (como alguien que nos grita), le dice al hipotálamo que envíe una señal a la glándula pituitaria en el cerebro. Cuando la glándula pituitaria recibe la señal, envía una hormona a nuestro torrente sanguíneo y la envía a nuestras glándulas suprarrenales, que luego liberan cortisol, lo que hace que nuestro corazón lata más rápido y más fuerte. Esta vez aún no ha terminado. A medida que aumenta el cortisol, la amígdala se estimulará aún más, formando un círculo vicioso, como un coche al que se le pisa el acelerador y no puede detenerse en absoluto.

¿Y entonces qué?

Afortunadamente, existe algo llamado caballito de mar, que puede actuar como freno. En circunstancias normales, la amígdala pisa el acelerador y el hipocampo pisa el freno, alcanzando básicamente un equilibrio. El problema es que si la estimulación externa dura mucho tiempo y la hormona de emergencia cortisol se libera continuamente, el hipocampo no puede soportar el poder de tantas hormonas del estrés y fallará por completo. En este momento nos sentiremos muy estresados ​​e incluso dolorosos. Lo que es más grave es que las células cerebrales mueren a causa del cortisol, el tamaño del hipocampo se reduce y la capacidad de resistir el estrés cae en picado.

En otras palabras, si queremos afrontar mejor el estrés, debemos encontrar formas de reducir el impacto del cortisol en nuestro cerebro. Y si salimos a caminar o correr consumiremos energía física, aumentará nuestro ritmo cardíaco y presión arterial, y también aumentarán nuestros niveles de cortisol. Después del ejercicio, el cortisol vuelve a caer a los niveles anteriores. Si corremos con regularidad, nuestro cortisol aumenta cada vez menos y disminuye más. Si las cosas siguen así, volveremos a encontrarnos con estrés y los niveles de cortisol no cambiarán significativamente.

En otras palabras, el ejercicio aumenta la tolerancia de nuestro cuerpo al estrés y le enseña a nuestro cuerpo a no reaccionar de forma exagerada.

Además del hipocampo, nuestro cerebro también tiene algo llamado lóbulo frontal, que también puede actuar como freno. Por ejemplo, cuando escuchas a alguien gritarte, tu amígdala provocará que tengas una reacción instintiva de atropellar inmediatamente. El lóbulo frontal analizará que la persona sólo está hablando en voz alta y que en realidad no me amenaza. Así podrás calmarte rápidamente.

De manera similar, los niveles altos de cortisol pueden dañar los lóbulos frontales, mientras que el ejercicio puede mejorar la función del hipocampo y del lóbulo frontal.

Las investigaciones han descubierto que, mientras persistamos, incluso una simple caminata puede ayudar a que nuestro hipocampo y lóbulos frontales crezcan. Las investigaciones también han descubierto que el ejercicio también puede hacer que nuestro cerebro produzca células GABA llamadas neuronas niñera, que pueden calmar nuestro cerebro como un extintor de incendios.

Al mismo tiempo, el beneficio del ejercicio es que el cortisol evitará que el cuerpo queme grasa. Los niveles altos de cortisol harán que la grasa se acumule en el abdomen, aumentará el apetito de las personas y hará que las personas deseen consumir bebidas alcohólicas. alimentos calóricos. El ejercicio prolongado realmente puede hacernos perder peso.

Aunque no podemos eliminar todo el estrés de nuestras vidas, es totalmente factible aumentar nuestra tolerancia al estrés mediante el ejercicio continuo y mejorar la capacidad del cerebro para manejar el estrés.

Entonces, ¿qué se debe hacer específicamente?

1. Mueve las piernas primero. Simplemente moverse es mejor que no moverse, aunque sean sólo 5 minutos al día.

2. Para ver resultados, haz ejercicio durante al menos 30 minutos todos los días.

3. Haz ejercicio al menos tres veces por semana, 45 minutos cada vez.

4. Correr es mejor que caminar. Correr aumenta tu frecuencia cardíaca y ayuda a entrenar un corazón fuerte.

5. Puedes trotar primero, luego correr rápido, paso a paso y hacer ejercicio moderado.

6. Persistencia.

Recuerda que Hipócrates, el padre de la medicina occidental, dijo: "Cuando estés de mal humor, sal a caminar. Si todavía estás de mal humor, da otro paseo".

Si desea obtener más información sobre cómo el ejercicio ayuda al desarrollo del cerebro y mejora la eficiencia del cerebro, lea este libro.