Pronóstico del cáncer de próstata
Los primeros síntomas son:
El cáncer de próstata en etapa temprana rara vez muestra síntomas. Una vez que un tumor maligno causa una inflamación significativa de la próstata y una vez que las células cancerosas se diseminan fuera de la próstata, aparecerán los siguientes síntomas: Micción frecuente, especialmente por la noche. Cuando empiezas a orinar, es difícil parar. Micción débil o interrumpida. Dolor o ardor al orinar.
Síntomas del cáncer de próstata en fase avanzada: dolor persistente o rigidez en la pelvis, cintura y parte superior de los muslos, y dolor en las articulaciones y articulaciones de esta zona. Pérdida de peso, anorexia, fatiga, náuseas y vómitos.
El examen digital de la próstata y el recto es el principal método para diagnosticar el cáncer de próstata. Alrededor del 80% de los pacientes pueden ser diagnosticados. Al examinar el dedo se puede sentir una próstata agrandada, dura y con bultos. La ecografía transrectal puede diagnosticar lesiones cancerosas en etapa temprana que no se pueden detectar con el tacto. La elevación de la fosfatasa ácida prostática sérica y del antígeno prostático específico es de gran valor en el diagnóstico del cáncer de próstata. La biopsia de próstata es de gran importancia en el diagnóstico del cáncer de próstata temprano. La exploración con radionúclidos, los exámenes de rayos X y tomografía computarizada y la biopsia de médula ósea pueden determinar si el cáncer de próstata tiene metástasis óseas.
El tratamiento del cáncer de próstata debe determinarse en función de la edad del paciente, estado general, afectación local del cáncer y si existe metástasis. Las opiniones de los pacientes sobre el tratamiento inicial están relativamente unificadas y utilizan prostatectomía radical y orquiectomía, complementadas con terapia endocrina. Los pacientes con enfermedad en etapa intermedia pueden someterse a radioterapia según los tratamientos anteriores. Si el paciente es anciano, frágil y está en mal estado general, se puede utilizar sola la radioterapia externa prolongada. Si la condición física es aceptable también se puede añadir radioterapia intratisular. Si no se encuentran metástasis en los ganglios linfáticos o en los huesos en pacientes en etapa avanzada, los pacientes jóvenes en buen estado general pueden someterse a una disección de los ganglios linfáticos pélvicos y una prostatectomía radical. Si se encuentran algunas metástasis en los ganglios linfáticos después de la cirugía, se puede complementar la terapia endocrina y la radioterapia extendida. El tratamiento quirúrgico no es adecuado para personas mayores, pacientes frágiles o pacientes con metástasis óseas. Se podrá utilizar terapia endocrina, quimioterapia, inmunoterapia o crioterapia, según corresponda.