Después de la quimioterapia, ¿cuál es mejor, el suplemento proteico, el elemento de acción rápida o el elemento seguro?
¿Pueden los diabéticos comer proteína en polvo? Hoy en día, cada vez más personas toman proteína en polvo para mejorar su resistencia a las enfermedades. La proteína es un nutriente muy importante en nuestro organismo y uno de los tres nutrientes esenciales. Como todos sabemos, los diabéticos tienen muchas necesidades dietéticas. Entonces, ¿pueden los diabéticos comer proteína en polvo?
Los expertos dijeron que existen regulaciones especiales para el consumo de proteína en polvo y que no todos pueden comprarla, y mucho menos comerla. Esto es muy poco científico. Aunque la proteína es uno de los nutrientes esenciales para nuestro organismo, cuantas más, mejor. Se dice que cuando las cosas llegan a los extremos, hay que revertirlos. Echemos un vistazo a quién es apto para comer proteína en polvo.
El primer grupo son: mujeres embarazadas con náuseas matutinas intensas. Debido a que las náuseas matutinas son graves, comer menos o no comer nada provocará una cantidad insuficiente de proteínas en el cuerpo. Comer proteína en polvo juega un papel vital en el desarrollo normal del feto.
El segundo grupo de personas son: pacientes con tumores malignos avanzados, especialmente aquellos con tumores del tracto digestivo, que tienen dificultades para comer aunque puedan comer un poco, tienen dificultades para tragar. La suplementación adecuada con proteína en polvo en este momento puede retrasar hasta cierto punto la vida del paciente.
El tercer grupo de personas son: personas con enfermedades gastrointestinales graves y pacientes que han sido sometidos a cirugía. La capacidad digestiva de estas personas es más débil de lo normal. Comer proteína en polvo tendrá un cierto efecto auxiliar en la recuperación del cuerpo.
Las tres categorías de personas anteriores son aptas para comer proteína en polvo, pero cabe señalar que debe usarse bajo la guía o consejo de un médico, y la proteína en polvo no se puede comer a ciegas o casualmente para evitarlo. daño inesperado.