Cuando la sangre está infectada por virus y bacterias, se producirán los cambios correspondientes en los indicadores. 1. La infección bacteriana se basa principalmente en glóbulos blancos y neutrófilos. Si el recuento de glóbulos blancos es mayor de lo normal, es posible que se esté produciendo una infección bacteriana. Además, cuanto más se supera el valor normal, más grave es la infección. Pero un recuento elevado de glóbulos blancos no es necesariamente una infección bacteriana; también podría ser mononucleosis. Infección bacteriana con neutrófilos como objetivo principal. Si el nivel es superior al valor normal, puede tratarse de una infección bacteriana. Asimismo, cuanto más se supera el valor normal, más bacterias hay en el organismo. 2. La infección viral depende principalmente de los datos relevantes de los linfocitos. El aumento en el valor absoluto y el porcentaje de linfocitos en la hoja de prueba significa en realidad un aumento de linfocitos, que producen principalmente anticuerpos para combatir los virus. Por lo tanto, si se encuentra un aumento, significa que estás infectado con el virus y requieres tratamiento antiviral.
Una rutina de sangre puede determinar si se trata de una infección bacteriana o una infección viral basándose en el valor de los glóbulos blancos, pero este método de determinación no es absolutamente exacto y sólo es aplicable a la mayoría de los patógenos. Se debe considerar una infección bacteriana cuando los glóbulos blancos están elevados, especialmente cuando los neutrófilos en los glóbulos blancos están elevados. Si el aumento de glóbulos blancos es principalmente un aumento de linfocitos, entonces es probable que en este momento se haya producido una infección por citomegalovirus o una infección por el virus EB. Sin embargo, cuando se produce una infección viral del tracto respiratorio superior en el cuerpo, puede causar neutropenia en el paciente y también puede provocar una disminución en la cantidad total de glóbulos blancos.