El abuelo tiene cáncer de hígado avanzado. ¿Qué puede usar para aliviar el dolor?
En el segundo paso, para el dolor moderado se administran opioides débiles, antiinflamatorios no esteroides y analgésicos auxiliares. Los opioides débiles también tienen un efecto techo. Los medicamentos de uso común incluyen codeína, prednisona, tramadol, gemantina (tabletas de tramadol de liberación sostenida), decaína (tabletas de codeína de liberación controlada), etc.
El tercer paso es administrar opioides, antiinflamatorios no esteroides y analgésicos auxiliares para el dolor intenso. Los opioides fuertes no tienen un efecto límite, pero se puede desarrollar tolerancia, lo que requiere aumentos de dosis adecuados para superar la tolerancia. En el pasado, se pensaba que la morfina era adictiva para aliviar el dolor, por lo que éramos reacios a administrarla a los pacientes. Ahora se ha demostrado que esta opinión es errónea: los pacientes con dolor oncológico que consumen morfina rara vez se vuelven adictos. Los medicamentos de uso común en esta escalera incluyen tabletas de morfina, Mephicon (tabletas de morfina de liberación sostenida) y Mescanti (tabletas de morfina de liberación controlada, que se pueden administrar por vía rectal). Sin embargo, la petidina, un analgésico comúnmente utilizado en el pasado, no se recomienda para el tratamiento del dolor crónico debido a sus metabolitos tóxicos y otros factores.
Este analgésico debe ser recetado por un médico y firmado por un familiar. Ve al antiguo médico de tu abuelo y pídele que te lo recete.